Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 823
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Capítulo 823:
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Stella apretó los labios y se quedó en silencio durante un instante. Finalmente, dijo con firmeza: «Está bien. Se lo preguntaré yo misma. Pero no creas que esto te exime de lo que hiciste».
Marc levantó ambas manos en señal de rendición fingida, con una sonrisa despreocupada en los labios, como si el juicio de ella no le importara en absoluto.
Stella se dio la vuelta, obligándose a controlar sus emociones. Pero Marc captó el destello de vacilación en sus ojos. Una mirada de satisfacción cruzó su rostro. Eso era lo que quería: sembrar la duda entre ella y William, ver cómo su fe en él se desmoronaba poco a poco.
Stella se sintió completamente agotada. Se dio la vuelta para marcharse. Las palabras de Marc resonaban sin cesar en su mente.
¿Era tan ingenua? William era un Briggs. ¿De verdad se enfrentaría a su propio tío… arriesgándolo todo, solo por ella?
Sus pensamientos daban vueltas en su cabeza cuando un tirón repentino la hizo volver en sí. La mano de Marc le agarró la muñeca y la atrajo hacia él.
«Stel», le susurró con voz ronca, con su aliento caliente en su oído.
«No pongas tus esperanzas en ese hipócrita. No es mejor que yo. Pero al menos lo que tuvimos fue real. Yo te trataría mejor de lo que él jamás podría».
Su estómago se revolvió con repugnancia. En un instante, Stella abrió su bolso, sacó un spray de pimienta y se lo roció directamente.
«¡Suéltame, bastardo!».
Marc no se lo esperaba. Se agachó, pero el spray le dio en los ojos. Retrocedió tambaleándose y parpadeando furiosamente.
Aprovechando la oportunidad, Stella le pisó con fuerza el pie.
—¡Ahh!
Marc gritó, doblándose de dolor. Aflojó el agarre.
Ella se liberó y salió corriendo hacia el laboratorio, con el corazón latiéndole con fuerza. ¡Cómo se atrevía a intentar algo tan descarado, a plena luz del día!
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Pero Marc no se rendía. Aún agarrándose los ojos, que le ardían, se tambaleó tras ella.
En ese momento, un elegante Rolls-Royce negro frenó en seco junto a la acera. La ventanilla se bajó y William salió, con expresión furiosa.
Había ordenado a Luca que detuviera el coche en cuanto vio a Marc acosando a Stella.
—¡Marc, has ido demasiado lejos!
Antes de que Marc pudiera reaccionar, el puño de William se estrelló contra su mandíbula.
El golpe fue brutal y Marc cayó al suelo como un muñeco de trapo.
Marc gimió, agarrándose la cara, pero aún así consiguió esbozar una sonrisa burlona a pesar del dolor. —William, ¿quién te da derecho? ¿Crees que nadie conoce tus sucios secretos?
La única respuesta de William fue una brutal patada en el estómago.
Marc gritó, acurrucándose en el suelo, jadeando como un camarón roto. William no le dedicó ni una mirada más. Avanzó con paso firme, agarró a Stella por la muñeca y la tiró detrás de él, protegiéndola de las miradas indiscretas.
Ignorando los susurros de sorpresa de los espectadores, William la guió rápidamente al laboratorio.
Stella no esperaba que él apareciera, y mucho menos así. Atónita por su repentina intervención, se olvidó de resistirse cuando él la arrastró consigo.
Dentro, el ambiente era más tranquilo, pero el pulso de Stella seguía acelerado. William bajó la mirada hacia su pálido rostro y sintió que el pecho se le oprimía por la preocupación.
Podía ver la tormenta de emociones en sus ojos: confusión, duda… y algo que le dolía más profundamente, un destello de disgusto. Eso lo heló hasta los huesos.
Su voz sonó ronca, inestable.
«Él no… te hizo nada, ¿verdad?».
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Nota de Tac-K: Espero les gustarán los nuevos capítulos amadas lectoras. Dios les ama y Tac-K les quiere much. (ɔO‿=)ɔ ♥
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