Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 817
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Capítulo 817:
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Stella levantó la vista y dijo con voz firme: «Abuelo, las cosas entre William y yo no son como tú crees. Ahora mismo, solo quiero centrarme en mi investigación y en descubrir la verdad sobre mis padres adoptivos. No pienso en nada más».
Siempre había tenido claras sus prioridades. Si el amor se interponía en sus objetivos, elegiría estos sin dudarlo.
Aunque William despertaba algo en su corazón, Stella se obligó a enterrarlo. Si él realmente se preocupaba por ella, respetaría su decisión.
Karson vio la línea firme que ella había trazado y supo que no tenía sentido insistir más. Suspiró y asintió con la cabeza.
El mundo de William era demasiado peligroso. Quizás era mejor que Stella no quisiera formar parte de él.
«Está bien, no te presionaré. Decidas lo que decidas, la familia Carter te apoyará. Es tarde, descansa un poco».
Se levantó, le dio una palmada en el hombro y salió silenciosamente de la habitación.
Una vez que Karson se marchó, Stella cerró la puerta tras él, pero el peso que sentía en el pecho no se alivió en lo más mínimo.
Una sonrisa forzada se dibujó en sus labios mientras los pensamientos sobre William la invadían, dejándola con un dolor impotente que no podía sacudirse.
Cuando entró por primera vez en el instituto de investigación, nunca imaginó que su vida se vería tan profundamente entrelazada con la de William.
Stella se quedó pensativa durante un rato, luego se dirigió a su escritorio y abrió su ordenador portátil, con la esperanza de que sumergirse en los informes de los experimentos del instituto le ayudara a calmar su mente.
La bandeja de entrada parpadeaba con nuevos mensajes. Stella comenzó a revisarlos rápidamente: notas rutinarias sobre Nebula y asuntos del instituto, que leyó por encima y respondió una por una.
Pero entonces su mirada se detuvo en un mensaje de una dirección desconocida. Su pulso se aceleró y el miedo se apoderó de su pecho. Con dedos temblorosos, lo abrió, y el nombre que apareció le heló la sangre: Cleveland Russell.
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Era el nombre de su padre adoptivo, Cleveland Russell.
El correo electrónico era breve, solo unas pocas líneas:
« Sra. Russell, ¿quiere saber la verdad sobre la muerte de sus padres adoptivos y el significado oculto en los símbolos y las letras? Venga sola al bar Neon Haze, al este de la ciudad, mañana a las diez de la noche. No llegue tarde o perderá esta oportunidad para siempre. Y no se lo cuente a nadie o nunca descubrirá el pasado».
No había firma al final del correo electrónico y el corazón de Stella latía con fuerza en su pecho.
Quienquiera que lo hubiera enviado seguía siendo un misterio, y ella no sabía si la mano detrás de esas palabras se le tendía como aliada o la atraía como enemiga.
El recuerdo del cruel truco de Amon con Sharon resurgió con fuerza, provocándole una profunda inquietud por si esto también fuera otra elaborada trampa.
Su mirada se posó en la pantalla brillante, con sospecha y duda parpadeando en sus ojos. Sin embargo, el breve mensaje le ponía los nervios de punta. Durante años había perseguido la verdad, y ahora, esas pocas líneas le parecían más cercanas que cualquier otra cosa que hubiera tocado jamás. Aunque solo hubiera una pizca de autenticidad, no podía arriesgarse a dejar escapar la oportunidad.
La razón le susurraba que el peligro era real, pero sus emociones ahogaban la precaución. Por mucho que lo intentara, no podía reunir la fría determinación necesaria para ignorarlo.
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