Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 797
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 797:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La muñeca del hombre se torció de forma antinatural y soltó el bate, que cayó al suelo con un ruido metálico.
«¿Qué demonios?», gritaron los otros dos ladrones, girando la cabeza con pánico.
El intruso fue despiadado. Cuando se rompió la muñeca del primer ladrón, una fuerte patada lateral golpeó la rodilla del segundo ladrón, que cayó al suelo agarrándose la pierna con dolor.
El líder, ardiendo de rabia, escudriñó la habitación hasta que sus ojos se fijaron en la figura en la oscuridad. Levantó el cuchillo, pero antes de que pudiera hacer ningún movimiento, un cuchillo de fruta silbó en el aire y se clavó profundamente en su palma.
«¡Arghhh!», gritó, y el arma se le escapó de las manos y cayó ruidosamente sobre las baldosas.
La figura se abalanzó hacia delante y asestó un golpe rápido y despiadado en el cuello del hombre. Este se quedó flácido y cayó al suelo inconsciente antes de poder volver a gritar.
El café quedó en silencio, solo roto por los gemidos de los ladrones heridos. El corazón de Stella latía con fuerza mientras observaba cómo se desarrollaban los acontecimientos. En la penumbra, pudo distinguir la figura que se acercaba a ella.
Cuando reconoció quién era, la sorpresa y la incredulidad se reflejaron en sus ojos.
William, vestido con un atuendo informal negro, se mantenía erguido e imponente. Incluso con el polvo manchándole la cara, su presencia dominante permanecía inquebrantable.
Su mirada aguda recorrió a los bandidos que yacían en el suelo gimiendo, asegurándose de que no representaban ningún peligro, antes de fijarse en Amon, que permanecía cerca con expresión hosca.
La voz de William era baja y escalofriante, y cada palabra estaba impregnada de amenaza. —Amon, ¿quién te ha dado el valor?
Amon se estremeció bajo el peso de esa mirada aterradora e instintivamente dio un paso atrás. La arrogancia despreocupada que solía mostrar desapareció, sustituida por un rastro de tristeza y un pánico que se negaba a reconocer.
Actualizaciones diarias desde ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 para más emoción
Intentando parecer imperturbable, Amon extendió las manos con fingida tranquilidad. «William, qué coincidencia. Hoy mismo he tenido una charla informal con la señorita Russell. ¿Esta gente? ¡No tienen nada que ver conmigo!».
William acortó la distancia en unos pocos pasos, su imponente figura proyectando una sombra sobre Amon. Su tono era tan frío que cortaba como un cuchillo. —¿La atraíste aquí a través de sus amigos, con malas intenciones, y luego te atreviste a disimularlo como una simple charla? Amon, ¿de verdad crees que no veo a través de ti?
Antes de que Amon pudiera reaccionar, William lo agarró por el cuello y lo estrelló con fuerza contra la barra del bar cercana con un ruido sordo. «Te advertí en la mansión Briggs que te mantuvieras alejado de ella. ¿Decidiste ignorarme?».
El violento impacto hizo que Amon viera estrellas y sintiera un dolor agudo en la espalda. Al encontrarse con la mirada de William, una expresión tallada por la furia, sintió un nudo de pánico en el pecho. No tenía ninguna duda de que William realmente quería destrozarlo, todo por el bien de Stella.
«William, parece que estás muy dedicado a la señorita Russell». Amon sonrió débilmente, forzando una burla entre dientes apretados, fingiendo despreocupación incluso cuando la ira de William lo oprimía.
Los ojos inyectados en sangre de William se entrecerraron y apretó con más fuerza el cuello de Amon hasta que este empezó a jadear. «Escucha atentamente, Amon. Si vuelves a tocarla, desearás no haber nacido nunca».
.
.
.