Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 743
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Capítulo 743:
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Lo estudió por un momento. No había cálculo en su tono, ni rastro de interés propio: él sinceramente quería ayudar. Sus ojos volvieron a posarse en el colgante. El silencio se extendió entre ellos. William no la presionó, solo se quedó allí, dejándola decidir.
Finalmente, ella levantó la barbilla. «De acuerdo. Iré».
Esa noche, condujo a casa con la mente en confusión. A la mañana siguiente, William se puso en contacto con Karson. Al mediodía, Karson había organizado una prueba de ADN completa, por la vía rápida y sin reparar en gastos. Los resultados llegaron antes de que acabara el día. Stella era, efectivamente, su nieta. Una Carter de sangre.
Cuando se difundió la noticia, toda la familia Carter se llenó de alegría. Karson, que la había buscado incansablemente durante años, por fin podía dejar de buscar. Y ahora tenía sentido…
Tenía sentido por qué, desde la primera vez que la vieron, habían sentido una inquebrantable sensación de familiaridad. Los lazos de sangre, largamente enterrados, por fin habían salido a la superficie…
Las lágrimas de Karson brotaron libremente mientras agarraba la mano de Stella, con la voz temblorosa por tantos años de añoranza. «Sylvia… me alegro de tenerte de vuelta. Debes de haber sufrido mucho todos estos años lejos».
A Stella se le encogió el pecho. Su emoción descarnada la dejó inquieta. Durante más de dos décadas, no había sabido que tenía un abuelo, ni que pertenecía a ningún lugar. Ahora, ante la alegría de Karson, no sabía cómo responder.
Lance, radiante, se inclinó sobre la mesa. «Sylvia, pronto lo anunciaremos: por fin ocuparás el lugar que te corresponde como parte de la familia Carter».
Sus palabras la dejaron momentáneamente aturdida. ¿Su lugar legítimo? Realmente se estaba convirtiendo en parte de la familia Carter. Todo le parecía demasiado repentino, demasiado surrealista. No estaba preparada.
Los Carter, sin embargo, se dejaron llevar por la celebración. Incluso Timothy Carter, el escurridizo nieto de Karson, inmerso en la investigación médica en el extranjero, envió un mensaje inusual: «Bienvenida a casa». Parecía que toda la familia se alegraba de su regreso. Todos… excepto Nina.
Cuando Karson llevó a Stella a la mesa del comedor y la sentó como hija de la familia Carter, la sonrisa de Nina se congeló, frágil y sin vida. Sus uñas se clavaron en la palma de la mano hasta que el dolor casi le hizo sangrar. ¿Cómo podía ser una Carter? Nadie se fijó en su postura rígida ni en la furia que hervía bajo su silencio.
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La voz de Lance llenó la habitación. «A partir de hoy, Sylvia es una de los nuestros. Dentro de una semana, celebraremos un banquete y anunciaremos su identidad. Todo Choria sabrá que es una hija de la familia Carter».
Nina sintió un nudo en el pecho. La envidia y la humillación la carcomían, vaciándola por dentro.
La mujer a la que había ridiculizado por no tener antecedentes ahora era exaltada como una Carter. Una verdadera Carter, con un estatus más alto que el suyo. Su orgullo, su único escudo inquebrantable, se desmoronaba. Miró a Stella con odio ardiendo en sus ojos. Nina siempre había llevado su apellido Carter como una armadura, segura de que la situaría por encima de Stella para siempre.
Pero ahora… todo había cambiado. El ascenso de Stella había destrozado los cimientos del orgullo de Nina, que se estaba desmoronando. Era inconcebible, como despertar en una pesadilla en la que nada tenía sentido, en la que el mundo se había vuelto en su contra. Y mientras Nina se tambaleaba en silencio, otra tormenta se gestaba en otro lugar: cuando la familia Walsh finalmente se enteró de la noticia.
Cuando Marc se enteró, casi se ahoga de frustración. Primero, William se había apoderado de ese proyecto y Horizon Group lo había traicionado. Ahora, Stella, su exmujer, había ascendido más alto de lo que él jamás podría llegar. Había llamado a Nina una y otra vez en busca de respuestas. Ella no había contestado ni una sola vez. Si no fuera por los sólidos cimientos del Walsh Group, su imperio ya podría ser escombros. Cada movimiento contra Stella parecía ser contraproducente, agotándolo. El Briggs Group lo pisoteó, el Horizon Group lo traicionó y Nina se quedó en silencio. ¿Por qué siempre salía perdiendo?
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