Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 723
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 723:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La boca de Nina se curvó en una sonrisa victoriosa. En su mente, era imposible que Stella pudiera poseer un vestido así de forma legítima: tenía que ser una falsificación.
Nina se disponía a lanzar otro comentario mordaz cuando la mano de Stella se movió hacia la mesa del bufé. Sus dedos se cerraron alrededor de un plato de porcelana salpicado con restos de una salsa espesa de color marrón oscuro que había dejado otra persona.
Con la mirada fija en la expresión de satisfacción de Nina, Stella dio un rápido movimiento a su muñeca. En un instante, todo el plato lleno de salsa cayó con fuerza sobre el vestido de Nina.
A su alrededor se escucharon exclamaciones de sorpresa y varias personas se llevaron las manos a la boca.
El vestido que llevaba Nina, hecho a medida por un diseñador extranjero, valía más de lo que la mayoría se atrevería a gastar.
En ese momento congelado, la brillante tela perdió toda su prístina belleza. La oscura salsa se deslizó hacia abajo en lentos y pegajosos chorros, empapando la seda y dejando una fea mancha que se extendía.
Nina miró fijamente su pecho, con el rostro marcado por la incredulidad, mientras el peso pegajoso de la salsa presionaba fría y nauseabunda contra su piel. Un grito agudo y ensordecedor rasgó el salón de banquetes.
El ruido se apagó al instante, sustituido por un silencio casi inquietante, mientras todas las miradas se volvían para presenciar el espectáculo.
Todas las miradas se posaron en el vestido arruinado de Nina, haciéndola parecer absurda.
Stella dejó el plato, ahora vacío, sobre la mesa con un suave tintineo.
Sus dedos buscaron una servilleta limpia y se limpió el pequeño rastro de salsa que le había salpicado la piel. Cada movimiento era pausado, deliberado y rebosante de compostura.
Cuando terminó, levantó la vista para encontrarse con la de Nina. Los hombros de la otra mujer temblaban de furia, su rostro estaba pálido por la rabia y la humillación.
Lo nuevo está en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 disponible 24/7
Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Stella, cuya mirada captaba cada detalle del estado desaliñado de Nina.
—Señorita Carter —dijo, con voz clara que se oyó por encima del silencio—, ¿diría usted que mi vestido de rebajas ahora está a la altura de su vestido de diseño?
Stella ladeó ligeramente la cabeza, como si realmente esperara una respuesta.
El silencio se rompió con una suave risa procedente de algún lugar entre la multitud y, como una chispa en la hierba seca, la tensión en la sala cambió. Las conversaciones comenzaron a bullir de nuevo, en voz baja y llenas de diversión.
Aquellos que antes habían mirado a Stella con desdén ahora la observaban con nuevos ojos, y sus expresiones pasaron a mostrar curiosidad, sorpresa e incluso un atisbo de emoción ante el espectáculo que se desarrollaba ante ellos.
«Está loca, salpicando a Nina de esa manera. Pero esa mirada en la cara de Nina… no tiene precio».
«Por fin, alguien le ha dado a Nina una dosis de su propia medicina. ¿Quién hubiera imaginado que esta mujer tendría el valor?».
«Nina se ha topado con un muro esta vez. No le podría haber pasado a una persona mejor».
«¿Quién es ella, por cierto? Juraría que la he visto antes, pero no recuerdo su nombre. No puede ser una desconocida, no si es lo suficientemente audaz como para enfrentarse a la familia Carter».
Las risas ahogadas y los comentarios murmurados se arremolinaban alrededor de Nina, cada palabra golpeándola como una bofetada, hasta que el peso de la desgracia amenazó con aplastarla.
.
.
.