Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 684
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 684:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Sigue buscando alternativas», dijo Stella, devolviéndole la hoja. «Si nada funciona, pensaremos en otro plan».
Luego se sentó para investigar el problema por su cuenta. Después de revisar todas las fuentes posibles, la conclusión era clara: solo ese autor había publicado la versión completa.
El problema era que no había actualizado su cuenta en más de un año. Quizás había tenido problemas. Quizás se había desconectado por completo. En cualquier caso, el resultado no era bueno para ellos.
Stella pasó el resto de la tarde buscando, pero no encontró nada.
Si ni siquiera ella podía encontrarlo, las posibilidades no eran muy buenas para el resto del equipo. Sin otra opción, publicó en sus redes sociales: «Querida comunidad online, ¿alguien tiene la versión completa de este conjunto de datos? ¡Lo necesito urgentemente!».
¿Era una apuesta arriesgada? Por supuesto. Pero era la única pista que les quedaba.
Sandra también llevaba horas buscando, con los ojos enrojecidos de tanto mirar la pantalla. Durante un breve descanso, se frotó las sienes y dijo: «¿Por qué no se lo preguntamos a William? Seguro que él lo tiene».
Al fin y al cabo, William era prácticamente una leyenda en su campo. Si alguien podía encontrarlo, era él.
Stella sabía que Sandra tenía razón. William podría tenerlo. Pero no estaba dispuesta a preguntarle.
Antes, era por orgullo. Ahora… ahora era por algo más profundo. Sabiendo lo que su familia le había hecho a sus padres adoptivos, pedirle ayuda le parecía imposible.
Así que, por primera vez, Stella miró a Sandra con firmeza y dijo: «Sandra, tenemos que encargarnos de esto nosotras mismas. El Sr. Briggs no es solo nuestro superior, también es nuestro jefe. Si acudimos a él con cada pequeño problema, nunca creceremos».
Sandra se quedó paralizada por un segundo, claramente sin esperar que Stella se lo tomara tan en serio.
Capítulos recién salidos en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 sin censura
Pero recordó que Stella le había advertido en el pasado que no dependiera siempre de William. Lo que pasaba era que nunca le había hecho caso. Cada vez que el equipo se topaba con un obstáculo, William siempre parecía acudir al rescate y salvar la situación. Naturalmente, él era la primera persona en la que pensaba ahora también.
«Lo siento, Sylvia… No quería decir eso», murmuró Sandra, con la cabeza gacha, sintiéndose un poco avergonzada.
Prometió no acudir más a William cada vez que las cosas se pusieran difíciles.
El grupo siguió buscando datos hasta el final del día. El progreso era lento, pero ninguno de ellos mencionó la posibilidad de rendirse.
Todos guardaron en silencio sus ordenadores portátiles y se llevaron el trabajo a casa, decididos a seguir trabajando después del horario laboral.
Cuando Stella llegó a casa y abrió su ordenador portátil, un suave pitido le indicó que tenía un nuevo correo electrónico.
Hizo clic en él. Ahí estaba: el documento.
Sus ojos se abrieron con sorpresa. Era exactamente el conjunto de datos que había estado buscando todo el día.
Justo cuando estaba a punto de responder y preguntar quién lo había enviado, sonó su teléfono.
Miró la pantalla: Rutherford. Tras una breve pausa, descolgó. «Sra. Gilbert, ¿ha recibido el correo electrónico?», preguntó la tranquila voz de Rutherford.
A Stella se le cortó la respiración.
Miró fijamente la pantalla y preguntó incrédula: «¿Lo ha enviado usted?».
Rutherford se rió entre dientes. «¿No pediste ayuda en Internet? Lo vi. Resulta que conozco al autor original, así que le pedí que te lo enviara».
.
.
.