Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 603
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Capítulo 603:
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William lo pensó un poco. «Si optas por la vía legal, sí, podría funcionar. Pero Alonzo no es fácil de convencer. Firmaste ese contrato y, legalmente, eso significa que se supone que has leído cada palabra, incluida la letra pequeña».
De repente, la esperanza de Stella se desvaneció. Sus hombros se hundieron.
Si no podía luchar contra esto de frente… ¿qué le quedaba?
Incluso si de alguna manera pudiera reunir quinientos millones, ¿qué pasaría con la patente?
—Stella, ¿ya te estás rindiendo?
—Siempre he tenido la ventaja —murmuró—. Pero esta vez… soy yo la que está equivocada. Va a ser difícil ganar.
No quería ceder, pero estaba atrapada: la culpa, la presión y la frustración se apoderaban de su mente. No veía una salida.
La voz de William disipó la niebla. —Aunque hayas cometido un error, eso no significa que tengas que dejar que te pisoteen. Tienes al Grupo Nebula. Tienes al Grupo Briggs. Nosotros te apoyamos. Alonzo te tendió una trampa, pero ningún plan es perfecto. Solo tienes que confiar en ti misma.
Eso le impactó profundamente.
Aparte de Sharon, nadie había creído nunca en ella de esa manera.
En el Grupo Walsh, cada vez que los altos mandos rechazaban sus propuestas, Marc las respaldaba sin cuestionarlas.
Stella siempre había sido la que cedía.
Nunca antes había tenido un jefe que la defendiera. Pero ahora, incluso con una multa de quinientos millones de dólares acechándola, William no la culpaba.
Ni siquiera un poco.
«Entonces, ¿qué hacemos?», preguntó ella en voz baja.
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Sharon, que había estado escuchando, se estaba impacientando.
«Alonzo nunca mencionó los diferentes modelos de materiales cuando firmamos. ¿Y la forma en que se apresuró con todo? No es posible que fuera la primera vez que hacía algo así».
William conocía demasiado bien a su tío. Alonzo había pasado años en el extranjero, y no era precisamente fácil sobrevivir en ese entorno.
Para prosperar y aún así tener el descaro de hacer algo tan turbio, tenía que haber hecho cosas mucho peores en el extranjero.
William nunca se había molestado en indagar en el pasado de Alonzo. Pero ahora que Stella estaba involucrada, eso lo cambiaba todo.
«Haré que alguien investigue sus negocios en el extranjero», dijo. «En cuanto a la patente… Marc es el tipo de persona que no reconocería una línea de código ni aunque le diera en la cara. Stella, sé que lo tienes controlado».
Lo dijo con una sonrisa de confianza, tranquilo, seguro, como si no dudara de ella ni por un segundo.
Ella se había enfrentado a Shaun y había salido con los trapos sucios de su empresa en la mano. Podía volver a hacerlo.
Stella lo entendió enseguida.
Marc quería verla caer de bruces. Pero ella no iba a darle esa victoria.
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