Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 569
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 569:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Sharon arqueó una ceja ante la pregunta. «Eres muy perspicaz, ¿verdad?».
Josie soltó un suspiro de fastidio. «Ni siquiera estás siendo sutil. Cualquiera se daría cuenta de lo que estás tramando».
Josie se tomaba muy en serio su papel como amiga y socia. Por eso, se negaba a permitir que Sharon hiciera ninguna locura que pudiera poner en peligro a Stella.
Sharon solo respondió con un suave chasquido de lengua. «Conozco a Stel desde siempre. ¿Qué podría haber planeado que le hiciera daño? William es el que quiere sacarle algunas respuestas y, seamos sinceros, ella no hablará a menos que se haya tomado una copa o dos».
Esa explicación era algo que a Josie nunca se le había ocurrido. Se le habían pasado por la cabeza muchos escenarios, pero nunca ese.
Con los ojos muy abiertos, Josie soltó: «¿Estás trabajando con William?».
La confirmación llegó con un breve movimiento de cabeza. «Así es. ¿Hay algo malo en eso?».
«Estás loca. ¿Te llamas amiga de Stella y te pones del lado de William?».
Recordando cómo Stella siempre describía a William como un simple jefe, Josie se esforzaba por comprender qué le llevaría a indagar en busca de respuestas que solo la embriaguez de Stella podía revelar.
Sharon sonrió con aire burlón y miró a Josie con una expresión que rayaba en la lástima. «Sinceramente, Josie, ¿tu soltería te nubla el juicio? Cualquiera con ojos puede ver que a William le gusta. ¿Qué otra razón tendría para querer tener una conversación sincera?».
La afirmación dejó a Josie más nerviosa que antes. Claro, se había dado cuenta del comportamiento de William durante el crucero, pero siempre pensó que nunca pasaría nada.
Tímida como era, Stella necesitaba a alguien que la sacara de su caparazón, no a alguien que la hiciera retraerse aún más. William, callado como una sombra, no era precisamente el tipo de persona que llenaba el silencio.
Se los imaginó juntos, ambos sin saber qué decir, en una situación dolorosamente incómoda.
Eso no le parecía romántico.
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 de acceso rápido
—Sharon, deja de hacer de casamentera sin motivo. ¿Y si Stel no tiene ningún interés? ¿Entonces qué?
Sin pestañear, Sharon se encogió de hombros ante la pregunta. «Si ella no siente nada por él, unas copas podrían hacer que lo dijera, y entonces William podría seguir adelante. No se trata de forzarlos a estar juntos. Quiero que ambas partes sepan a qué atenerse».
Aunque al principio el plan de Sharon no le gustaba a Josie, poco a poco empezó a entender su lógica. Si Stella realmente no estaba interesada, aclarar las cosas ahorraría muchos problemas a todos. Quizás la idea de Sharon no era tan mala después de todo.
Con los labios apretados en una línea renuente, Josie murmuró: «Está bien, te dejaré intentarlo, pero no lo fuerces».
«Tranquila. Lo tengo controlado. Ya puedes dejar de preocuparte». Sharon sonrió, con una confianza inquebrantable. Dicho esto, cogió dos cajas de cerveza y se dirigió directamente a la sala privada.
Una vez dentro, el grupo no perdió tiempo en empezar con los juegos de beber. Las rondas se volvieron rápidamente competitivas y William se encontró en el bando perdedor más de una vez.
Sin embargo, William solo parecía tener ojos para Stella esa noche.
Pasó un momento antes de que deslizara silenciosamente su vaso hacia ella. «Señorita Russell, me temo que no puedo tomarme otro trago. ¿Le importaría tomárselo por mí?».
.
.
.