Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 320
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Capítulo 320:
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Stella se rió ligeramente, con calidez en su voz. «Serás la primera en saberlo».
«¡Eres un encanto!», exclamó Marlowe, abrazando espontáneamente a Stella. Las dos ya actuaban como viejas amigas.
Josie le dio un empujoncito juguetón a Stella. «Con fans como ella, no tendrás que preocuparte mucho más por tu cuenta bancaria. Parece que vas por buen camino para alcanzar tu objetivo de ahorro, ¿eh?».
La sonrisa de Stella se reflejó en su tono de voz mientras respondía: «Tendré que sacar algunas colecciones más antes de llegar a eso. Ya sabes que mi saldo actual no es precisamente impresionante».
Josie sonrió y le dio un gesto de ánimo con la cabeza. «Tranquila. Me aseguraré de que tus diseños se agoten. Ya lo verás».
Stella siempre había confiado ciegamente en Josie; de lo contrario, no le habría dejado la marca en sus manos.
Cuando Marlowe finalmente cortó el pastel de cumpleaños, la animada fiesta comenzó a apagarse poco a poco. Josie le entregó su regalo de cumpleaños con una sonrisa alegre y luego se volvió hacia Stella. —Me voy ya. ¿Te llevo?
Stella dudó. Como había llegado con William, marcharse con Josie le parecía demasiado precipitado. Negó con la cabeza. «Estoy bien, pero gracias por ofrecerte. Llega bien a casa».
Josie le hizo un rápido gesto con la mano, y sus pendientes reflejaron la luz. «Estamos en contacto, ¿vale? Estaré en Choria unos meses, así que tendremos muchas oportunidades de vernos». Dicho esto, se escabulló y desapareció entre el bullicio de la noche.
Cuando la mayoría de los invitados se habían marchado, William y Stella se despidieron de Marlowe y se fueron juntos.
Dentro del Bentley, las luces de la ciudad se deslizaban por las ventanillas tintadas. William miró de reojo a Stella varias veces, con preguntas silenciosas en la mirada. Había escuchado su conversación con Josie, pero el bullicio de la sala le había impedido indagar.
Ahora, con el mundo exterior en silencio y solo el suave zumbido del motor entre ellos, finalmente rompió el silencio. —¿De verdad andas corta de dinero? —preguntó con voz suave pero directa.
Le costaba creerlo. El sueldo de Stella en el instituto de investigación era más que holgado y, como directora general de Nebula, no le faltaban recursos. A menos que necesitara una suma considerable para algo más importante…
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Stella asintió levemente y respondió sin rodeos: —Últimamente ando un poco corta de dinero.
Su honestidad tomó a William un poco por sorpresa. Estaba acostumbrado a las conversaciones crípticas del mundo corporativo, donde cada frase venía envuelta en significados ocultos y evasivas corteses. Pero con Stella no había nada de eso: ella simplemente decía lo que pensaba.
—¿Dónde se te ha ido todo el dinero? —preguntó, genuinamente curioso.
Ella le lanzó una rápida mirada. «Me uní a Nebula y aún no he recibido mi primer sueldo. ¿Qué crees que ha pasado con mi dinero?».
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