Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 289
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 289:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Siempre se había puesto en el lado equivocado de todas las líneas que ella había trazado.
En ese momento, William se acercó con confianza, sin prisas, su presencia dominando la sala.
«No malgastes tu aliento en gente como él. Solo le estás dando más de lo que se merece», comentó William con firmeza.
Sin mirar atrás a Marc ni a Doreen, Stella desvió su atención y buscó a Celine entre la multitud.
El acuerdo comercial no había sido del todo fácil, pero al final, Celine aceptó colaborar con Nebula y selló su asociación con un firme apretón de manos.
Con el contrato firmado y sin nada que los retuviera allí, William colocó suavemente la mano en la espalda de Stella. Juntos, salieron del salón de banquetes.
Doreen se quedó un momento, observando cómo William se llevaba a Stella con delicadeza y atención. Respiró lentamente y sus hombros se hundieron mientras un atisbo de autocompasión teñía sus palabras.
«Sr. Walsh, lo he estropeado todo, ¿verdad? Gracias por defenderme, pero no puedo compararme con alguien como Stella. Ella es brillante, incluso ha desarrollado sus propias patentes. Yo solo soy… normal. Mis notas no son muy buenas y, sinceramente, ella solo decía la verdad».
La mente de Marc repitió las duras palabras de Stella, dejándolo vacío e incapaz de consolar a Doreen. Simplemente se dio la vuelta, en silencio, con una gran pesadez sobre él.
Al notar su expresión abatida, Doreen dudó y luego habló con tranquila perspicacia. —Sr. Walsh… todavía está enamorado de ella, ¿verdad? Por eso le dolió tanto verla con otra persona.
Se acercó un poco más y le dedicó una sonrisa amable y comprensiva. —Pero creo que ella le ha malinterpretado. No se rinda, ¿de acuerdo? Puede recuperarla. Y si alguna vez necesita a alguien de su lado, yo le ayudaré».
Una expresión de auténtica sorpresa cruzó el rostro de Marc; no esperaba que Doreen le ofreciera su ayuda tan fácilmente.
Con voz teñida de incredulidad, Marc preguntó: «¿Por qué querría ayudarme?». Apenas se conocían desde hacía tres días y su primer encuentro no había sido precisamente agradable.
¿Quieres más emoción? Visita ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.ç𝓸m
Cualquiera en su lugar habría mantenido las distancias.
Pero Doreen le sonrió, con sinceridad. —Es fácil. Fuiste bueno conmigo. La primera vez que nos vimos, me regalaste un anillo de diamantes. Creo que eso dice mucho de ti.
Sus sinceras palabras provocaron una tormenta de emociones en Marc. El anillo que ella atesoraba no era más que un desecho: Stella lo había rechazado y, en un arranque de ira, él lo había tirado a un lado.
Doreen, tan ingenua y pura, no podía saber la verdad. Ella veía bondad donde solo había el eco de una vieja herida.
Él bajó la mirada, apretó los labios con fuerza y estudió la expresión esperanzada de Doreen.
.
.
.