Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 239
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Capítulo 239:
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Ante eso, Cecelia apretó los labios con fuerza, sintiendo cómo le ardía el orgullo.
Lo último que quería era convertirse en un espectáculo público.
El asistente de Paul intervino y guió a Cecelia y a su grupo hacia la salida. Cuando Paul se dio la vuelta para marcharse, se detuvo junto a Stella y luego se dirigió hacia Elbert.
—El asunto está zanjado. Tu equipo se ha ganado ese ascenso. Publicaremos los resultados corregidos en breve. Enhorabuena, considerad esta una victoria bien merecida.
El grupo de Elbert soltó un suspiro colectivo de alivio, alegría y un toque de incredulidad. Era como encontrar algo que creías perdido para siempre. Elbert seguía sumido en esa sensación, junto con todos los demás.
Tras intercambiar unas palabras con Elbert, Paul se acercó a Stella.
«Señorita Gilbert, le debemos mucho. Y quiero que sepa que la dirección ha tomado nota de su trabajo. Hemos decidido otorgarle el Premio al Mejor Logro del Año».
Stella parpadeó. Pensaba que Paul y los demás solo habían venido para terminar con el asunto. No esperaba nada más. ¿Pero el Premio al Mejor Logro?
Eso la pilló desprevenida. Puede que solo fuera un premio anual, pero para ella significaba algo real. Algo personal. Se quedó allí, atrapada entre la sorpresa y la falta de palabras.
Paul se rió suavemente. «¿Qué pasa, Sra. Gilbert? No me diga que cree que el premio es demasiado pequeño».
Ella sabía que estaba bromeando y rápidamente se recompuso. «En absoluto. Estoy muy agradecida, de verdad. Gracias por el reconocimiento y por su confianza. Seguiré centrada y daré lo mejor de mí. No le defraudaré».
Su voz era tranquila, pero sincera. Paul sonrió, le dio una palmada en el hombro y añadió: «Por cierto, se acerca una conferencia académica. Usted representará a nuestro instituto».
Boom. Otra sorpresa. Stella apenas tuvo tiempo de procesar la primera.
—Espera, ¿te refieres a la conferencia académica quinquenal?
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La última se había celebrado en Achury y esta vez era local.
De hecho, había pensado en mover algunos hilos para poder asistir, aunque solo fuera para sentarse atrás y escuchar, aunque no pudiera participar.
¿Pero ahora?
No solo iba a asistir, sino que iba a representar al instituto. Nunca lo había soñado.
Se sentía como si le hubiera tocado la lotería.
Paul se rió y se marchó con su equipo, dejando tras de sí una estela de felicitaciones.
Elbert y los demás se reunieron a su alrededor, todos radiantes. «¡Sylvia, enhorabuena! Esa conferencia no es ninguna broma, y tú eres nuestra representante oficial este año. Es increíble».
Ella se enganchó del brazo de Stella. «¡Sylvia, eres increíble!».
Stella sonrió y les dio las gracias uno por uno. «No es solo yo. Hemos llegado hasta aquí como equipo. No podría haberlo hecho sola».
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