Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 228
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 228:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Marc le había dicho que había sido él. Una y otra vez. Pero sus acciones desde entonces habían demostrado lo contrario.
Si realmente hubiera sido él, no la habría tratado así.
Así que tal vez… tal vez no había sido Marc.
Esa idea la golpeó como una ola.
Pero si no había sido Marc, ¿entonces quién?
Había pasado demasiado tiempo. Aquella noche había sido una nebulosa y ahora parecía como buscar una aguja en un pajar. Aun así, tenía que saberlo.
Necesitaba cerrar ese capítulo.
El coche se detuvo lentamente frente al instituto de investigación. William se volvió hacia ella y carraspeó. Ella salió de sus pensamientos, se desabrochó el cinturón de seguridad y guardó el teléfono.
—Gracias por hoy.
Él asintió con la cabeza, con la mirada fija en ella. —Tengo cosas que hacer. Entra.
Ella asintió levemente y salió del coche.
Su figura vestida de rojo se hizo cada vez más pequeña en el espejo retrovisor. William no arrancó de inmediato. Se quedó allí sentado en silencio, observando el camino que ella había tomado. Luego, miró su teléfono, que estaba a su lado.
Nunca había imaginado que la verdad fuera así.
Años de investigación silenciosa, innumerables callejones sin salida, todo había conducido hasta aquí, desvelado no por una estrategia planificada, sino por la provocación descuidada de Haley.
Era irónico cómo el caos a menudo revelaba lo que el esfuerzo cuidadoso no podía. William se recostó en el asiento y una risa ahogada se le escapó de los labios.
Su mente se remontó a aquella noche en el hotel. La imagen borrosa de su memoria se fue aclarando poco a poco… y se fusionó con la Stella vestida de rojo de aquel día.
Así que era ella toda la tiempo.
Mantente al tanto en ɴσνєʟ𝓪𝓼4ƒα𝓷.ç○𝗺
El teléfono no dejaba de sonar. Stella gimió y hundió la cabeza más profundamente en la almohada. Después de dar vueltas en la cama durante un minuto más, finalmente se rindió.
Se sentó aturdida y entrecerró los ojos para mirar el teléfono. Eran las 7:15 de la mañana. Suspiró. El instituto de investigación no empezaba a trabajar hasta las nueve y ella solía levantarse a las ocho.
Quienquiera que fuera, le había robado una preciosa hora de sueño. El número que aparecía en la pantalla no le resultaba familiar. Con un profundo suspiro, finalmente descolgó.
—Hola, ¿quién es?
—Hola, aquí la comisaría de Skytein. ¿Es usted la señora Sylvia Gilbert?
Eso la despertó al instante. —Sí, soy yo.
La comisaría de Skytein era la encargada de su jurisdicción.
«Actualmente tenemos detenida a una tal Sra. Haley Smith. Ha sido acusada de calumnia y difamación y solicita resolver el asunto de forma privada. Le llamamos para preguntarle si podría venir a la comisaría para discutir los términos».
Stella casi se echó a reír. ¿Haley? ¿Quería resolverlo ahora? Qué chiste.
«Hoy estoy ocupada», dijo con frialdad.
«Ya debería haber recibido todas las pruebas. No voy a aceptar ningún acuerdo y no pienso resolver esto en privado. Por favor, no vuelva a llamar».
.
.
.