Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 219
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Capítulo 219:
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Lo que Haley no había esperado era la total indiferencia de William y, lo que era peor, su continuo apoyo a Stella.
Haley dijo: —Se ha hecho una idea equivocada, señor Briggs. Solo quiero protegerlo. No quiero que se equivoque.
William soltó una risa breve y fría. —Creo que soy perfectamente capaz de saber si la señorita Gilbert está siendo sincera conmigo. Acepté estar aquí con ella por una razón, y esa razón incluye la confianza.
Haley se quedó sin palabras. Por mucho que insinuara o acusara a Stella, William permanecía impasible.
Darse cuenta de ello la frustró, dejándola amargada y desanimada.
En otra parte del salón, Marc se mezclaba con los invitados.
La asistencia era impresionante, pero aún no había visto a Haley.
Mientras se abría paso entre la multitud, escuchando el tintineo de las copas y las animadas conversaciones, una tranquila sensación de orgullo se apoderó de él.
Aunque casarse con Haley no había sido su resultado ideal, el compromiso aseguraba el futuro del Grupo Walsh, y tenía la intención de gestionar las cosas de forma mucho más eficaz a partir de ahora. Con el respaldo de la familia de Haley, sus perspectivas eran más brillantes que nunca.
Más brillantes que nunca. Más que nada, quería demostrar su valía, mostrarle a Stella en lo que podía convertirse y hacerla cuestionar todas las decisiones que había tomado.
Su mirada recorrió la multitud y, justo cuando estaba a punto de llamar a Haley, sus ojos se posaron en Stella, que no estaba muy lejos, con un vestido rojo vivo.
Se detuvo en seco, completamente atónito. ¿Cómo estaba ella allí?
Había hecho todo lo posible por mantener el compromiso en secreto: ningún anuncio, ninguna publicación, nada que pudiera delatarle. Y, sin embargo, ella había aparecido.
Haley lo vio enseguida y le saludó con una amplia sonrisa. —¡Marc, ven aquí!
Las piernas le temblaban, casi como si no le respondieran, mientras se acercaba lentamente a ella.
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Haley se inclinó hacia él, sin dejar de sonreír. —He invitado a la señorita Gilbert a la fiesta. Pensé que estaría muy ocupada con el trabajo y no podría venir, pero ha tenido la amabilidad de venir. ¿No crees que deberíamos despedirla con un detalle? —Sus ojos brillaban con una tranquila satisfacción.
Marc frunció el ceño. Ella sabía que él no quería que Stella estuviera allí y, aun así, había invitado a la chica a sus espaldas.
Con tantos ojos puestos en ellos, Marc sabía que no podía arriesgarse a estallar. Reprimió su frustración y centró su atención en Stella. Estaba impresionante, quizá incluso más que el día de su boda.
El vestido rojo se ceñía perfectamente a su figura. Su maquillaje era impecable y añadía profundidad y definición a sus ya de por sí llamativos rasgos. Parecía algo único e imposible de ignorar.
Marc abrió los labios como para decir algo, pero en cuanto vio a William a su lado, las palabras se le atragantaron en la garganta. Se le encogió el pecho y una pizca de envidia brilló en sus ojos.
En ese momento, Haley le dio un suave tirón del brazo. —Marc, la ceremonia está a punto de empezar. Tenemos que subir a prepararnos.
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