Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 191
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 191:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Cuando Steven le pasó los cubiertos, ella extendió la mano para cogerlos, pero sin querer tiró el teléfono que tenía en el regazo.
Este cayó al suelo con un ruido seco, haciéndola sobresaltarse ligeramente.
Stella se agachó para recoger el teléfono y, cuando se enderezó, se dio cuenta de que Steven le cubría con la mano el borde afilado de la mesa. —Gracias —dijo ella en voz baja.
—Señorita Gilbert, no hay necesidad de ser tan formal —respondió él con una sonrisa. Mientras esperaban la comida, los dos comenzaron a discutir especificaciones técnicas e ideas para proyectos.
El aire acondicionado de la sala privada estaba un poco fuerte y, a mitad de la conversación, Stella se frotó inconscientemente los brazos. Llevaba una blusa de manga corta y empezaba a sentir frío.
Sin que ella dijera nada, Steven se dio cuenta. Salió y llamó a un camarero. —¿Podría subir un poco la temperatura? Y traiga una jarra de agua caliente, por favor. Su atención pilló a Stella desprevenida.
No había dicho nada, solo había sido un pequeño reflejo, ¿y él se había dado cuenta enseguida?
Eso… fue inesperadamente considerado.
Una vez que la sala se calentó, Stella se relajó.
La comida era deliciosa, el ambiente tranquilo y, durante toda la cena, se sintió realmente cómoda en su compañía. Una vez terminada la charla sobre el proyecto, el tema cambió.
—Señorita Gilbert, ¿siempre ha estado sola?
—Por ahora, sí —respondió Stella con calma. Era la verdad. Estaba soltera, así de simple.
Steven dijo: «Alguien tan impresionante como usted debería tomarse su tiempo para elegir a la persona adecuada».
Stella dio un sorbo de agua, con la mirada fija. «El amor no siempre sale según lo planeado».
Podrías tener una lista de requisitos kilométrica y aún así no garantizarías encontrar a la persona adecuada.
Descúbrelo ahora en ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.c○𝗺 para más emoción
Steven sonrió y preguntó con naturalidad: «¿Qué tipo de hombre le gusta, Sra. Gilbert?».
Mientras hablaba, se acercó para rellenar su vaso de agua, que estaba medio vacío.
A estas alturas, Stella ya tenía una idea bastante clara de hacia dónde se dirigía la conversación. «Ahora mismo estoy centrada en el trabajo. No he pensado mucho en las relaciones».
Un rechazo suave y elegante.
La sonrisa de Steven se desvaneció ligeramente. Pero no insistió.
La admiraba, con verdadera admiración. Aunque ella no estuviera interesada ahora, habría otras oportunidades.
—Me parece justo —dijo, levantando ligeramente su vaso—. Por una gran colaboración en el futuro. —Chocaron los vasos.
Cuando terminó la cena, salieron juntos del restaurante.
—¿Adónde va? —preguntó Steven—. La llevo.
Antes de que Stella pudiera responder, un Bentley negro se detuvo justo delante de ellos.
La ventanilla se bajó: era William.
Su expresión era tranquila, como si se tratara de una coincidencia. —¿Vas al instituto de investigación?
.
.
.