Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 172
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 172:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Cerró los ojos, exhaló y se levantó del sofá. Se echó el abrigo por los hombros y salió con el ceño fruncido.
Arcade Street. Otra vez. ¿No era ese el lugar del que acababa de salir después de enfrentarse a Stella? ¿Cómo era posible que Haley y Stella se cruzaran en todos los sitios a los que iba?
Apretó el volante con más fuerza mientras conducía. Cuando llegó a la comisaría, lo único que quería era firmar el papel que fuera necesario y largarse de allí.
Pero el agente que estaba en el mostrador ni siquiera le dejó terminar la frase antes de levantar una mano. «Lo siento, señor. Para liberarla, necesitamos una carta firmada por la víctima en la que le perdone».
Al oír las palabras del policía, Marc frunció ligeramente el ceño. ¿Una carta de perdón?
Volvió la cabeza y miró a Stella, que estaba sentada en silencio al otro lado de la comisaría, y sintió que se le encogía el corazón. Si solo hacía falta una carta de ella para resolver esto, Marc no podía evitar pensar que lo estaba haciendo a propósito. Justo hoy, no le había mostrado más que una fría indiferencia, y ahora tenía la sartén por el mango.
La expresión de Marc era conflictiva, pero en su mente estaba seguro de una cosa: Stella había montado todo esto para que él fuera a buscarla.
Haley se aferró a su brazo, con voz ansiosa. —Marc, tienes que ayudarme. Ella está haciendo esto a propósito. ¡Te juro que esta vez no he hecho nada! Marc volvió a mirar a Stella. Creía que eso era exactamente lo que ella quería: utilizar este incidente para acercarlo a ella, obligándolo a hablar con ella.
Después de pensarlo unos segundos, Marc se acercó a ella. Stella estaba sentada en el frío banco de plástico, bebiendo tranquilamente su café, mientras Rita estaba recostada a su lado, con aire más que relajado. Mientras Stella no firmara esa carta, Haley seguiría encerrada. La última vez, ella lo había dejado pasar. Esta vez, ni hablar.
Al oír que se acercaban unos pasos, Stella ni siquiera levantó la cabeza. Siguió bebiendo su café como si no se hubiera dado cuenta de que Marc estaba allí.
Marc se sentó frente a ella, poniendo cara de sinceridad. —Stel, es un malentendido. Te pediré perdón. ¿Puedes perdonarme?
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 actualizado
De vuelta a casa, Marc había pensado en ello una y otra vez. Pensó que solo era una rabieta de Stella. Era terca, siempre lo había sido, y necesitaba tiempo para calmarse. Llevaban juntos muchos años. Creía que, si suavizaba el tono y le daba espacio, acabaría volviendo. Aún recordaba lo mucho que lo había amado, cómo se quedaba pendiente de cada palabra que decía y nunca se enfadaba, hiciera lo que hiciera.
Pensó que ahora solo estaba siendo mezquina. Podía permitirse ser paciente. Stella no dijo nada, mientras que Rita se limitó a mirar de reojo a Marc y soltar un bufido.
«Stel», continuó Marc, «Haley y yo solo somos socios. Si la detienen, la empresa se verá seriamente afectada. Sé que no te gusta, pero… si puedes pasar por alto esto, te prometo que me mantendré alejado de ella en el futuro. ¿De acuerdo?».
Ya había dicho cosas así antes, demasiadas veces. Y Stella ya había oído suficiente. Parecía que no había cambiado en absoluto. Tomó otro sorbo de café y finalmente lo miró.
.
.
.