Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 156
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 156:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Cuanto más lo pensaba, más se enfadaba Cecelia, totalmente convencida de que Stella estaba utilizando su relación con William para manipular las cosas a su favor.
Incapaz de contenerse, Sandra replicó directamente:
«¿Qué te pasa, Cecelia? Sylvia ya ha demostrado lo inteligente que es. No necesita depender de nadie para salir adelante. Solo estás siendo mala por el simple hecho de serlo».
Cecelia levantó la barbilla, irradiando un desafío presumido.
«Solo digo lo que veo. Si alguien no quiere que se aireen sus asuntos, quizá no debería hacerlo en primer lugar».
Elbert frunció el ceño con frustración. Lo último que necesitaba era otra discusión sin sentido que alargara la jornada laboral.
«Seamos profesionales. Cecelia, has dicho más de una vez que no te gusta corregir. Sylvia conoce estos proyectos al dedillo, así que es la persona más adecuada para la tarea. Si no estás de humor para trabajar hoy, tómate el día libre y descansa un poco».
Su autoridad tranquila pero firme calmó la sala. Cecelia lanzó una mirada cargada a Sandra, pero ninguna de las dos mujeres se atrevió a responder.
Cecelia regresó furiosa a su escritorio, con la postura rígida y una frustración apenas disimulada.
Mientras tanto, Stella bajó la mirada y se sumergió en silencio en la montaña de correcciones que tenía ante sí.
A medida que avanzaba la tarde, el equipo fue terminando sus tareas en el bullicioso laboratorio.
Sandra, que por fin había terminado sus tareas, se estiró y se acercó al escritorio de Stella.
Una mirada a la pantalla del ordenador la detuvo en seco: filas de datos perfectamente cotejados brillaban bajo los rápidos dedos de Sylvia.
«¡Vaya, Sylvia, esto es increíble! Prácticamente has dominado la comparación de datos. Solo recuerdo que William hacía un trabajo así, ¡y el suyo sigue siendo el estándar de referencia para nuestras revisiones anuales!».
Solo disponible en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺 con sorpresas diarias
La corrección de pruebas podía parecer sencilla, pero en realidad requería un enfoque matizado y tenía que sincronizarse con el progreso y el ritmo de trabajo de todo el equipo.
Alcanzar ese nivel de precisión exigía tanto paciencia como habilidad. Sandra sabía que si le hubieran asignado esa tarea, nunca habría podido realizarla con la misma precisión que Sylvia.
En cuanto Sandra expresó su admiración, los demás se reunieron alrededor del ordenador de Stella, con la curiosidad iluminando sus rostros.
Elbert echó un vistazo a la pantalla y su sorpresa se convirtió rápidamente en auténtico deleite.
«¡Sylvia, es un trabajo excepcional!», la elogió.
.
.
.