Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 153
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Capítulo 153:
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Pero el tipo no se movió. Levantó la barbilla con arrogancia.
«Sí, bueno, nuestro equipo tiene acceso prioritario por orden de la dirección. Así que, a menos que quieras discutirlo con ellos, recoge tus cosas y vete».
Stella se inclinó hacia Sandra y bajó la voz.
—¿Quién es este tipo?
Sandra cruzó los brazos.
—Allen Curtis. Es del Grupo B. Competimos por el mismo puesto en el proyecto.
Ah. Eso explicaba su actitud.
Lainey había mencionado antes que varios grupos estaban compitiendo. Pero Stella no esperaba una hostilidad tan abierta.
Allen volvió a mirar a Elbert con expresión despectiva.
—No compliquemos las cosas. Llévate a los tuyos y vete.
Sandra se enfureció.
—¿A qué te refieres con acceso prioritario? Todos estamos al mismo nivel y el laboratorio funciona por orden de llegada. ¿Quién ha aprobado tu acceso prioritario?
Allen soltó una risa fría.
—Llevo aquí tres años. Tu equipo es nuevo y novato. Muestra un poco de respeto.
Sandra se sonrojó de ira, dispuesta a replicar, pero Stella, que estaba detrás de ella, la detuvo.
Luego, dando un paso adelante con calma, dijo
«El instituto valora la capacidad, no la antigüedad. Seamos justos. ¿Qué tal un reto sencillo? Si puedes responder a mis preguntas, el laboratorio es tuyo. Si no, te apartas».
Allen entrecerró los ojos. Sabía quién era ella, todos lo sabían. Stella había resuelto un caso cerrado en solo seis meses. Pero no le impresionaba.
A sus ojos, solo había tenido suerte.
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Cruzó los brazos.
—Bien —dijo con aire de suficiencia—. Pregunte.
Stella no dudó. Le lanzó una serie de preguntas técnicas, cada una más compleja que la anterior. Su tono era frío y su expresión impecable.
La sonrisa de Allen se desvaneció lentamente. Su silencio era suficiente respuesta.
—¿Necesitas que las repita? —preguntó Stella, con un tono que denotaba una burla cortés.
Allen apretó la mandíbula.
Sandra sonreía de oreja a oreja.
—Vaya, Allen. ¿Ya tienes dificultades? Estas preguntas se basan en proyectos anteriores del instituto, solo que ligeramente modificadas. ¿No reconoces ninguna?
Stella no tenía intención de avergonzarlo, solo de zanjar el asunto de forma clara.
—Ya que no puedes responder, ¿podrías apartarte? Tenemos prisa.
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