Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 148
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Capítulo 148:
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Al darse cuenta de que su cuerpo estaba reaccionando, el rostro de William se ensombreció.
—¿Te vas a quedar ahí ahora? —dijo con tono seco.
Sorprendida por su tono, Stella retrocedió rápidamente y bajó la mirada para arreglarse la ropa.
Sin embargo, en el momento en que bajó los ojos, vio algo que la dejó paralizada: un bulto evidente en los pantalones de él.
No era ingenua. Supo al instante lo que significaba.
Pero… ¿cómo podía tener esa reacción?
Stella apartó rápidamente la cabeza, con la cara ardiendo de vergüenza.
No se atrevía a mirar a William a los ojos. Pero él ya había seguido su mirada atónita y, cuando se dio cuenta de lo que estaba mirando, su expresión se tornó tormentosa.
Para él, era una reacción perfectamente natural. Ella se había estado retorciendo en sus brazos hacía solo unos momentos. Al fin y al cabo, era un hombre adulto y sano.
¿Qué tenía eso de impactante?
Sin decir nada, William se dio la vuelta y salió.
Stella se quedó en el baño, completamente mortificada y sin saber qué pensar.
Pero, por otra parte… ¿significaba eso que William era bisexual?
No sabía mucho sobre ese tipo de cosas. No era crítica, pero tampoco tenía ninguna experiencia real en ese ámbito.
Aun así, no se le ocurría una explicación mejor.
En ese momento, Rita entró desde fuera, disculpándose por llegar tarde. Explicó que se había entretenido en la cocina apagando la cocina.
Una vez que terminó de bañarse, Stella revisó algunos documentos de Nebula en su habitación.
No fue hasta última hora de la tarde, cuando el sol ya se estaba poniendo, que recibió una llamada del instituto de investigación.
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Era Lainey.
—Stel, ¿dónde estabas? Has vuelto a la ciudad, ¿verdad?
—Sí, hace un rato que volví —respondió Stella.
—Qué oportuno. Tenemos un nuevo proyecto de investigación —dijo Lainey con voz llena de energía—. Si estás libre, nos encantaría que volvieras. Todos aquí esperan que te reincorpores.
El último proyecto de Stella había salido increíblemente bien y todo el instituto había visto de lo que era capaz. No era de extrañar que la quisieran de vuelta para el próximo gran proyecto.
Al oír eso, Stella se iluminó de emoción.
Disfrutaba de su trabajo en Nebula, pero la investigación siempre había sido su verdadera vocación. Un nuevo proyecto significaba nuevos retos, y ella estaba dispuesta a todo.
«¡Lainey, cuenta conmigo!».
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