Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 142
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 142:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Por un segundo, Stella se quedó paralizada. Apenas tuvo tiempo de reaccionar.
Entonces, de repente, una mano fuerte la agarró por la muñeca y la tiró hacia atrás. Tropezó contra un pecho firme, se le cortó la respiración y el corazón le latía con fuerza. Cuando levantó la vista, se encontró con un rostro familiar, sereno, concentrado, de mandíbula afilada. William.
La sujetaba con un brazo alrededor de la cintura, con la mirada fija en la motocicleta.
El motorista giró bruscamente, tratando de ajustar la moto y volver hacia ellos. Sin soltarla, William dio un paso adelante, levantó una pierna y la estrelló contra el costado de la moto con precisión.
La moto perdió el equilibrio, derrapó y se estrelló contra la acera.
El motorista gimió y se apresuró a levantarse, con la clara intención de huir. Pero William fue más rápido. Se abalanzó sobre él, lo agarró por el cuello y lo puso de pie con un movimiento fluido.
El conductor se debatió, pero fue inútil. William le arrancó el casco y se volvió hacia Stella. —¿Lo reconoces?
Stella frunció el ceño y negó ligeramente con la cabeza en respuesta a la pregunta de William.
William tampoco dijo mucho, solo sacó su teléfono y hizo una llamada.
Unos minutos más tarde, Luca apareció con varios guardaespaldas y se dirigió directamente hacia William. —Señor Briggs —saludó Luca con firmeza.
El rostro de William permaneció frío e impasible—. Llevad a este hombre a la comisaría. Ha intentado hacernos daño a propósito. Que la policía lo investigue como es debido.
En cuanto el hombre se dio cuenta de que William iba en serio y que iba a entregarlo a las autoridades, el pánico se apoderó de él.
—Espere, yo no quería… —tartamudeó.
Pero nadie le dio oportunidad de terminar. Lo escoltaron rápidamente, mientras luchaba inútilmente por liberarse de los guardaespaldas que lo sacaban del local.
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 para fans reales
Ahora que el caos había pasado, Stella finalmente notó el dolor punzante en la rodilla.
Bajó la vista y vio que se había raspado la piel, probablemente cuando William la había apartado de un tirón.
Pensó que no era nada grave. Pero al segundo siguiente, sin previo aviso, William se inclinó y la levantó en brazos. Pillada completamente por sorpresa, Stella soltó un pequeño grito ahogado y se aferró instintivamente a su cuello.
—¡Oye! ¿Qué estás haciendo?
—No te muevas —dijo él con calma—. Vamos al hospital.
Por suerte, el hospital estaba a solo unos diez minutos del centro comercial.
Cuando llegaron, William explicó la situación a una enfermera, que les indicó que esperaran en una sala de tratamiento.
La sala estaba tranquila y vacía, y William dejó a Stella sentada en una silla con delicadeza.
.
.
.