Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 134
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Capítulo 134:
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Marc se había calmado, al menos en apariencia, pero sus ojos seguían fijos en Stella, al otro lado de la sala, agudos e intensos, como si intentara perforarla con la mirada desde la distancia.
Johnny intentó romper la tensión. —Marc, vamos, deja de mirarla. Si quieres una chica, solo tienes que decirlo, puedo traer cien, todas de tu tipo. —No obtuvo más que una mirada asesina.
Johnny levantó las manos en señal de rendición, sin atreverse a decir una palabra más. Tommy se inclinó y murmuró entre dientes: —Lleva casi media hora mirándola. Probablemente le esté dando un calambre en el cuello».
Johnny siguió la mirada de Marc. «¿Quién es ese tipo que está con ella? Me resulta familiar, pero no lo reconozco».
Tommy puso los ojos en blanco. Johnny sabía muy bien cómo tocarle la fibra sensible. Efectivamente, esa pregunta casual rompió la última pizca de paciencia de Marc. Se levantó bruscamente y se dirigió furioso hacia la mesa de Stella.
Stella y Sharon habían planeado una noche tranquila, solo unas copas para relajarse. Sin dramas. Sin excesos.
Ese era el acuerdo. Pero Sharon no estaba cumpliendo con el plan. Cada vez que Stella intentaba pasar, Sharon le rellenaba la copa con una sonrisa pícara.
Stella suspiró y se frotó las sienes mientras le empezaba a doler la cabeza. Estaba a punto de levantar su vaso cuando una voz molesta y familiar atrajo su atención.
—Stella, pareces estar de muy buen humor esta noche.
Ese tono presumido y amargo solo podía pertenecer a un hombre. Marc. Stella ni siquiera ocultó su gesto de disgusto.
Lo había visto en cuanto entró y lo había ignorado como correspondía.
Este bar no le pertenecía. No tenía ninguna obligación de fingir que existía.
Se recostó en su asiento, aburrida. —Señor Walsh, ¿cuánto ha bebido para olvidar que no soy Stella? Si está tan aburrido, búsquese un rincón donde pudrirse en silencio.
Antes de que Marc pudiera responder, Sharon se levantó de un salto como un petardo. —Disculpe, señor, ¿quién es usted exactamente? ¿Por qué está acosando a mi amiga?
Los ojos de Sharon eran afilados y ardientes.
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Nunca había visto en persona a ese hombre arrogante, pero había oído hablar mucho de él. Cada vez que Sharon quería enfrentarse a él, Stella la detenía y le decía que lo dejara pasar.
Pero esa noche no. Esa noche, él había venido buscando problemas. Y Sharon no estaba dispuesta a dejarlo pasar.
Se levantó bruscamente y se colocó delante de Stella como un escudo humano, con la mirada fija en Marc.
Marc la miró con frialdad y se dirigió a Stella con tono burlón. —¿Quién es ese tipo que te acompaña? Apuesto a que William no sabe que andas con otro hombre. Con tu comportamiento, me pregunto cuánto tiempo más te aguantará.
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