Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 130
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Capítulo 130:
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Al oír esas palabras, la culpa punzó la conciencia de Stella.
Años atrás, Marc le había dicho que su madre quería probar el salón de belleza de Sharon.
Insistía en que los tratamientos estándar no eran lo suficientemente buenos y exigía las opciones más caras, cada una de las cuales costaba decenas de miles de dólares, pero actuaba como si fuera perfectamente razonable que Stella pagara la cuenta.
A pesar de su estrecha relación con Sharon, Stella no podía evitar sentirse incómoda al aceptar servicios tan costosos de forma gratuita.
Aun así, cada vez que intentaba pagar, Sharon se negaba rotundamente, dejando a Stella en silencio y en deuda todo este tiempo.
—Sharon, déjame enviarte el dinero de la tarjeta de socio —sugirió Stella con tono sincero.
Las visitas mensuales de Jazlyn no habían sido nada baratas. Sin previo aviso, Sharon rodeó con los brazos los hombros de Stella y le lanzó una mirada juguetona.
—Stel, vamos, ¿qué clase de amiga me tomas? ¿De verdad crees que me importa ese dinero?». Sharon le dio un golpecito en la mejilla y se inclinó hacia Stella con una sonrisa pícara. «Si te sientes tan culpable, un beso bastará».
Con una risa resignada, Stella se inclinó y le dio un rápido beso en la mejilla. «¿Ya estás contenta, pequeña alborotadora?». Sus bromas no pasaron desapercibidas.
Desde una mesa cercana, Travis observaba la escena, sorprendido por la cordialidad de Stella con aquel hombre.
Parecía incluso más cómoda que cuando estaba con Marc. La curiosidad y algo más intenso se reflejaron en el rostro de Travis. Tras una pausa, se levantó de su asiento y se acercó a la mesa.
—Señorita Russell. Cuánto tiempo. Me enteré de su divorcio de Marc. ¿Cómo lo lleva?
Stella levantó la mirada y apretó los labios al darse cuenta de que el hombre que se dirigía a ella era Travis, el amigo de Marc.
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Le dedicó una sonrisa fría y desdeñosa. —Me temo que se ha equivocado de persona. No conozco a ningún Marc y no me llamo Stella.
Su tono gélido hizo que Travis se detuviera, y los recuerdos de las confesiones ebrias de Marc resurgieron en su mente.
Por supuesto, Marc le había mencionado que ella estaba tratando de deshacerse de su antigua identidad.
Quizás era lo mejor.
Travis levantó la botella con un encogimiento de hombros avergonzado. —Lo siento, pensé que eras otra persona. Eres idéntica a ella. Déjame compensarte: me terminaré esta botella como disculpa.
Inmediatamente echó la cabeza hacia atrás y se bebió la botella de un trago, dejando a Sharon boquiabierta ante su teatralidad.
Después de beber el último trago, Travis se limpió la boca con el dorso de la mano y miró a Stella con esperanza.
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