Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1141
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Capítulo 1141:
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William no tenía ningún motivo para unirse a la transmisión. Un hombre de su talla no debería involucrarse en algo tan insignificante. Luca podría haberse encargado de ello.
William se acercó y acarició suavemente el cabello de Stella con los dedos. «Te di mi palabra de que te protegería. Al dar un paso al frente hoy, me aseguré de que nadie se atreviera a difundir otra mentira sobre ti».
Ahora que el mundo sabía que Stella contaba con el apoyo de William, nadie en Choria se arriesgaría a ponerse del lado de Marc o su familia. Ese había sido su verdadero objetivo desde el principio.
Stella bajó la mirada y se quedó en silencio.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, Haley veía la repetición de la retransmisión en directo con una sonrisa burlona en los labios.
Su plan de venganza avanzaba perfectamente según lo previsto.
Aunque Stella se negara a unir fuerzas con ella, Marc y su estúpida madre seguirían presionándola hasta que no tuviera más remedio que ponerse del lado de Haley.
Tras la debacle en Internet, Marc parecía completamente arruinado.
Se encerró en su oficina, con las pesadas cortinas bloqueando toda la luz, mientras la pantalla del ordenador parpadeaba en rojo con las cifras de las acciones en caída libre. Las llamadas del banco se sucedían una tras otra.
Ya había sido rechazado por socios potenciales anteriormente, pero ahora el aislamiento se había vuelto absoluto.
La puerta de la oficina vibraba una y otra vez, y cada golpe solo traía malas noticias.
«Sr. Walsh, el Grupo Rico acaba de enviar un mensaje. Se retiran del acuerdo, tal vez el próximo trimestre, según dicen. El banco también exige el reembolso total de su préstamo anterior en un plazo de tres días. Y en cuanto a los salarios de este mes…».
Cada palabra no hacía más que aumentar la frustración de Marc, acumulándose sin ofrecer ninguna solución.
Su voz se convirtió en un zumbido lejano en sus oídos. Marc ya no podía asimilar nada.
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Se desplomó en su sillón de cuero, con la mirada fija en la brillante lámpara de araña que colgaba sobre él.
El otrora poderoso Grupo Walsh se encontraba ahora al borde de la ruina, bajo su mando.
Lo había construido desde cero, había luchado contra sus dificultades y había celebrado sus triunfos. ¿Realmente todo eso estaba a punto de desaparecer?
Marc no podía aceptarlo, pero la constante avalancha de ataques en Internet contra él y Jazlyn lo dejaba agotado y desgastado.
No tenía ni la fuerza ni los fondos para acallar la furiosa tormenta en Internet, ni siquiera por un breve instante.
Tras el desastre de la retransmisión en directo, Jazlyn se había encerrado en la finca familiar, negándose a ver a nadie.
Solo más tarde Marc se dio cuenta de lo cruel que había sido ese día. Fue a verla, con la esperanza de calmarla, diciéndole que no le importara lo que la gente dijera en Internet. Pero ella no abrió la puerta. Su voz, aguda y fría, llegó desde el otro lado: no tenía ningún hijo, dijo, y él debería ir a buscar a Stella.
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