Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1131
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1131:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Si él la llamaba, significaba que estaba desesperado. Y cuando esa desesperación pasara, la dejaría de lado.
Su silencio lo inquietaba. Se inclinó hacia adelante, con urgencia en su voz. «Stella, eres la mejor en este campo. Si me ayudas, todo saldrá bien. Es solo una patente, algo fácil para ti».
Ella dejó que terminara y luego ladeó ligeramente la cabeza. El plan de Haley se estaba desarrollando exactamente como ella había previsto.
«Puedo hacerlo», dijo ella por fin, «pero tengo dos condiciones».
Los ojos de Marc se iluminaron al instante. —Dímelas.
Stella levantó un dedo delgado. «Primero, supervisaré todo el proceso. Seguirás mis instrucciones al pie de la letra, sin interferencias».
Marc asintió rápidamente.
Eso no era un problema; de todos modos, tenía pensado dejar la patente en sus manos.
«Y segundo», continuó con frialdad, «quiero acceso completo a los registros de tus socios comerciales: contactos, historial de cooperación, todo».
La petición borró el alivio de su rostro. Dudó. «Stella, ¿de verdad necesitas ese tipo de información?».
Ella cogió su bolso, con un tono tan cortante como el cristal. —Si no estás dispuesto, olvídalo. Parece que tu supuesta sinceridad no vale unos cuantos archivos comerciales.
—¡Espera! —Marc apretó la mandíbula. Tras un momento de lucha interna, cedió—. Está bien. Acepto.
Dos semanas más tarde, Stella entregó la patente preliminar completada. Tal y como había prometido, acudió en persona a la sede del Grupo Walsh para finalizar la entrega.
No era tan ingenua como para entregar su trabajo antes de asegurarse el pago.
Marc parecía tenso mientras le entregaba una carpeta. «Stella, prométeme que usarás estos documentos solo para tu investigación. Para nada más».
Descúbrelo ahora en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.c○𝓂 para más emoción
Ella aceptó los materiales con tono tranquilo y distante. «Lo prometo».
No sentía culpa alguna. Después de todo, lo que Marc le había hecho iba mucho más allá de esto.
Esa noche, en una cafetería con poca luz, alejada del ruido de la ciudad, Stella deslizó una pequeña memoria USB por la mesa hacia Haley.
«Aquí tienes lo que querías. Ahora estamos en paz».
Haley giró la memoria entre sus dedos, con una sonrisa divertida. «Eficaz como siempre. Parece que Marc aún no te ha olvidado».
La mirada de Stella era fría e inquebrantable. «Te he devuelto el favor. A partir de ahora, mantente al margen de mi vida».
Haley arqueó una ceja y apoyó la barbilla en la mano mientras observaba a Stella con interés.
—No seas tan rápida en terminar las cosas, querida. En nuestro mundo, un amigo más es mejor que un enemigo más. Si no fuera por mí, estarías muerta en ese auditorio.
—No necesito amigos como tú —dijo Stella con voz tranquila, poniéndose en pie—. Pase lo que pase, no volveré a necesitar tu ayuda.
Haley se rió entre dientes, con voz suave pero cortante. —Sigues siendo muy ingenua. ¿Crees que las deudas desaparecen solo porque tú lo digas? Hay cosas que suceden, las quieras o no.
.
.
.