Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1127
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Capítulo 1127:
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«Me gustaría invitarla formalmente a participar en nuestro próximo proyecto internacional», continuó Nicolas, con un tono cálido y persuasivo.
Stella dudó antes de responder: «Gracias, señor Oliver, pero mi agenda de investigación actual está bastante llena».
«Oh, por favor, no se apresure a rechazarlo», dijo rápidamente. «Podemos triplicar su financiación actual para la investigación y tendrá la oportunidad de colaborar con los ganadores del Premio a la Innovación Global. Es una oportunidad que pocos rechazarían».
Para la mayoría de las personas de su campo, habría sonado irresistible. Pero había algo en su tono que le parecía demasiado suave, demasiado ensayado.
«Lo entiendo», dijo Stella educadamente. «Por favor, déme algo de tiempo para pensarlo».
Después de colgar, Stella fue directamente al estudio y le contó a William lo de la llamada.
Él escuchó en silencio, con expresión impenetrable, mientras su equipo comenzaba a investigar el llamado Consorcio Tecnológico Internacional. No tardaron mucho en descubrir la verdad. A simple vista, la organización parecía impecable: informes pulidos, miembros creíbles, todas las palabras adecuadas en los lugares adecuados. Pero detrás de esa fachada, sus fondos conducían a una empresa fantasma en el extranjero. Eran estafadores, en el sentido más literal de la palabra.
William echó un vistazo a los resultados, con la mirada oscura y firme. «Por lo que parece», dijo, cerrando el expediente, «van tras tu investigación».
Tenía sentido. Debían de haber supuesto que ella estaba demasiado absorta en las secuelas de Erebus como para cuestionar sus intenciones. Era el momento perfecto para actuar.
Stella se acercó a la ventana y sus ojos siguieron las luces del distrito financiero que brillaban en el cielo nocturno. Una profunda y silenciosa fatiga le invadió el pecho.
Hubo un tiempo en que su mundo era pequeño y sencillo: solo ella, su trabajo y la emoción del descubrimiento. Sin engaños. Sin manipulaciones. Solo ideas que tomaban forma. Ahora, incluso su investigación parecía un campo de batalla.
Exhaló suavemente y, sin dudarlo, bloqueó el número.
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Durante un tiempo, las cosas finalmente se calmaron. Días más tarde, se reunió con Sandra y los demás para almorzar. Se sintió bien: ligera, normal, con una paz que casi había olvidado. Pero justo cuando salían del restaurante, una voz familiar la llamó por su nombre.
Haley estaba junto a la entrada, con los brazos cruzados y esa familiar sonrisa de confianza en los labios.
—Stella —dijo, levantando una ceja—. Qué sorpresa tan agradable. ¿Tienes tiempo para tomar un café?
Stella la miró y luego se volvió hacia Sandra con una leve sonrisa. —Id vosotras. Yo voy a reunirme con una amiga.
Haley pareció ligeramente sorprendida por la palabra «amiga», pero no la corrigió.
Una vez que los demás se marcharon, Stella se volvió hacia ella con calma. —Muy bien —dijo—. ¿De qué se trata?
El tono de Haley era tan pausado y burlón como siempre, y su mirada estaba llena de diversión mientras miraba a Stella. —Se dice que has vuelto a escapar del peligro. William parece tenerte bien controlada.
Stella no se molestó en ocultar su irritación. —No tengo tiempo para esto, Haley.
Haley soltó una suave risa, con una sonrisa burlona en los labios. —Bien, porque yo tampoco estoy aquí para charlar. Me debes una y he venido a cobrarla.
Stella frunció ligeramente el ceño, recordando cómo Haley la había sacado del auditorio. Apretó los labios hasta formar una línea fina.
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