Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1058
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Capítulo 1058:
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La familia Carter le había dejado muy claro que no era bienvenida. Aunque se quedara, nunca se ganaría el favor de Karson, el cabeza de familia, ni tampoco el de Lance, por cierto. Entonces, ¿qué sentido tenía? Era más inteligente centrarse en ayudar a Erebus.
Levantó la maleta y se dirigió directamente a la puerta.
Lance la vio marcharse y volvió a suspirar. —Nina, sabes que no es eso lo que quería decir…
No era que le importara menos por culpa de Stella, sino que Nina había manejado las cosas de forma equivocada desde el principio.
—No importa lo que quisieras decir —replicó Nina—. Está claro que todos prefieren a Stella. Muy bien, que se mude aquí. Yo me apartaré de su camino.
Sin decir nada más, salió de la mansión Carter y no miró atrás.
En su nuevo apartamento, Nina deshizo rápidamente las maletas y se sentó en su escritorio.
Tres monitores brillaban frente a ella, cada uno con un programa diferente. La gente de Erebus la había tratado mejor que nadie. Le habían dado todos los recursos que necesitaba, e incluso habían cubierto la mitad del costo de su nueva casa.
No necesitaba su dinero, pero agradecía su sinceridad. Al menos ellos veían su valía, a diferencia de los Carter, que fingían ser justos pero solo se preocupaban por Stella. Qué broma.
Sus dedos volaban sobre el teclado mientras ponía en marcha su plan. Utilizando datos confidenciales de la familia Carter, creó un archivo falso sobre Erebus trabajando con una empresa tecnológica multinacional para blanquear dinero y transferir activos. Oculto dentro de ese archivo había un programa de rastreo de datos.
Nina sonrió con aire burlón. Stella caería en la trampa sin duda alguna. Al igual que ella, Stella era investigadora y tenía amigos hackers, y cualquier cosa relacionada con Erebus siempre le llamaba la atención.
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Una vez que Stella abriera o compartiera ese archivo, el rastreador se colaría silenciosamente en su dispositivo, permitiendo a Nina ver todo lo que hacía.
Sus ojos se desviaron hacia el calendario que tenía al lado. El foro internacional sobre ética tecnológica era la semana siguiente, y Stella figuraba como una de las ponentes principales.
Erebus ya le había dicho que enviarían gente al evento. Nina solo tenía que esperar el momento adecuado para entregarle el archivo a Stella en secreto.
Contempló el programa terminado en su ordenador, con una leve sonrisa en los labios.
«Veamos si los supuestos amigos de Stella pueden salvarla esta vez», pensó.
Al poco tiempo, llegó el día del foro.
Stella apareció con un aspecto impecable y profesional, y su confianza brillaba mientras hablaba en el escenario.
Mientras tanto, Nina se sentó entre el público, vestida como una periodista, con una gorra de béisbol calada y gafas de sol que le ocultaban los ojos, observando fríamente desde su asiento.
Incluso Nina tenía que admitir que Stella era buena en lo que hacía. Hablaba con claridad y soltura, lanzando teorías que Nina apenas podía seguir.
Eso solo hizo que el rechazo de Nina hacia ella se hiciera más fuerte.
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