Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1052
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Capítulo 1052:
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En ese momento, su teléfono vibró. Echó un vistazo a la pantalla y su expresión se tensó. «Tengo que contestar».
Se levantó y se alejó, dejando a Stella mirando sus rígidos hombros mientras respondía a la llamada, con la mente dando vueltas.
Cuando regresó, parecía aún más serio que antes. «Ha surgido algo con Amon, tengo que irme ahora mismo. Le diré a Luca que la lleve a casa, ¿de acuerdo?».
Se mostró más amable, como si se preparara para encontrar resistencia.
Pero Stella no tenía ganas de oponerse. «De acuerdo. Solo… ten cuidado, ¿vale?».
William parpadeó, como si su preocupación lo hubiera tomado por sorpresa. Mantuvo su mirada durante un segundo, con algo suave brillando detrás de sus ojos, luego asintió y se marchó apresuradamente.
Stella se quedó en la cafetería, sola por un momento, recomponiéndose. Luca apareció poco después y la acompañó al coche, tan educado y profesional como siempre.
Una vez en casa, Stella no perdió tiempo. Conectó el USB a su ordenador portátil.
Estaba lleno. Documentos, informes, diagramas… todo, desde la estructura interna de Erebus y los perfiles de sus principales actores hasta notas de investigación sobre sus padres adoptivos y su madre biológica.
Mientras se desplazaba por los archivos, su rostro se fue quedando sin color.
El informe revelaba que su madre había sido asesinada porque se negó a continuar con los experimentos e incluso intentó llevarse consigo los datos experimentales.
Los archivos no eran suficientes para llevar a Erebus ante los tribunales, pero pintaban un panorama escalofriante de lo profunda y retorcida que era la organización.
Entonces, algo la detuvo en seco. Un nombre. Uno que conocía demasiado bien. Daniel Carter.
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Los documentos decían que Daniel tenía vínculos con Erebus desde hacía diez años. Su contacto no era constante, pero sí regular. Continuo.
Un escalofrío le recorrió la espalda. Si Daniel estaba involucrado… ¿lo sabía el resto de la familia Carter? ¿Lo sabía su abuelo? ¿Su hermano?
Se quedó allí sentada hasta que el cielo se oscureció, luego cerró su computadora portátil y se recostó, completamente agotada.
Sentía opresión en el pecho, como si no pudiera respirar profundamente.
Su teléfono vibró. Era un mensaje de William: «¿Has llegado bien a casa? No le des vueltas al contenido del USB. Seguiré buscando pruebas reales para acabar con Erebus».
Se quedó mirando el mensaje durante un largo rato y luego respondió con dos simples palabras: «Estoy en casa».
Casi inmediatamente, él le respondió: «Erebus podría estar preparando algo grande. He colocado a gente cerca de tu casa, pero sigo esperando que consideres mudarte».
Esta vez, ella no discutió. Simplemente escribió dos palabras: «Gracias».
Stella se acercó a la ventana y corrió la cortina lo justo para asomarse al exterior. Al otro lado de la calle, un sedán negro permanecía inmóvil en la oscuridad. Como si supiera que ella lo estaba observando, la ventanilla del coche se bajó lentamente y un rostro familiar le hizo un gesto con la cabeza.
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