Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1024
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Capítulo 1024:
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Los labios de Stella se curvaron en una leve línea de comprensión. Conocía ese sentimiento demasiado bien.
En el instituto de investigación, por mucho que trabajara o por muchos logros que consiguiera, personas como Nina seguían menospreciando sus esfuerzos, susurrando que su éxito se debía al favoritismo y no a sus méritos.
Cuando se dio cuenta de lo mucho que sus luchas se parecían, sintió una repentina necesidad de animarlo. «Tienes talento, Jeff. El profesor Taylor siempre te menciona como uno de sus alumnos más brillantes de los últimos años. Créeme, los que piensan que dependes de atajos son solo unos pocos ruidosos».
Una tenue chispa de esperanza brilló en los ojos de Jeff. «¿En serio? ¿De verdad dijo eso?».
Stella sonrió y asintió con la cabeza para tranquilizarlo. «Sí. Así que deja de prestar atención a esos rumores. Y si alguien vuelve a causarte problemas, acude a mí o al profesor Taylor, ¿de acuerdo?».
La expresión de Jeff se suavizó con gratitud. —Gracias, Stella. Ahora lo entiendo.
Stella le dedicó una sonrisa amable. «No tienes que darme las gracias. Es lo mínimo que puedo hacer».
Al ver lo angustiado que estaba, no podía quedarse de brazos cruzados cuando él necesitaba apoyo.
Mientras paseaban bajo la luz del atardecer, Stella rompió el silencio. «Ese compañero de clase, Richie, ¿habías tenido algún enfrentamiento con él antes?».
Jeff dio una patada a una piedrecita suelta, con tono apagado. «Él cree que alguien como yo, sin dinero y humilde, no debería interponerse en su camino para conseguir la beca. En su mente, es suya por derecho».
La leve amargura de sus palabras hizo que a Stella se le encogiera el pecho. «Jeff, no te menosprecies así».
Jeff se detuvo y dirigió la mirada hacia los estudiantes que reían y corrían por el campo. Sin embargo, sus ojos parecían fijos en algo mucho más lejano.
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Bajó la cabeza, respiró lentamente y se volvió hacia Stella. Una leve y cansada sonrisa se dibujó en sus labios. «Mi familia nunca ha tenido mucho. Mi padre murió cuando yo era niño y mi madre ha sido la única que ha mantenido todo en orden. Su salud ha sido frágil durante años, por lo que solo puede aceptar pequeños trabajos aquí y allá. Empecé a trabajar en el instituto solo para pagar la matrícula y el alquiler».
Stella permaneció en silencio, su expresión se suavizó mientras le dejaba hablar.
La voz de Jeff se mantuvo tranquila, casi distante, como si estuviera hablando de la vida de otra persona. «Durante mi primer año, tuve tres trabajos solo para poder sobrevivir. La mayoría de las noches apenas dormía cuatro horas. Mientras mis compañeros de clase pasaban los fines de semana en fiestas, yo fregaba platos en la trastienda de un restaurante o repartía folletos en el centro comercial. A veces estaba tan cansado que me quedaba dormido en clase».
Stella sintió un leve dolor en el pecho al imaginar las escenas que él describía.
Su propia familia tampoco había sido rica, pero ella nunca había tenido que preocuparse por dónde conseguiría el dinero para pagar la matrícula del siguiente semestre o cómo podría permitirse comer.
Tras una breve pausa, habló con delicadeza. «Y tu madre…».
Jeff asintió levemente con la cabeza, con expresión tensa. «Lleva años tomando medicación. El tratamiento es muy caro. Por eso necesitaba tanto la beca, no es solo por los estudios. También me ayuda a pagar su medicación. Con esta beca, al menos durante el próximo año, no tendré que seguir preocupándome por cómo llegar a fin de mes».
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