Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 1017
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Capítulo 1017:
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No bastaba con que se hubiera mudado de la villa. ¿Ahora también quería salir de su vida? ¿Incluso después de revelarle la verdad, seguía sin dejarle volver?
La voz de Stella se mantuvo firme, casi distante. «En el momento en que me fui de la villa, ya habíamos terminado».
«¡No! ¡No puedo aceptarlo!».
Había invertido tanto esfuerzo, solo para que ella lo echara todo por la borda en lo que parecían unos instantes.
Stella miró a William con cansada paciencia. Para ella, parecía un niño que se negaba a afrontar la realidad.
«William, para terminar una relación no se necesita a ambas partes. Una sola persona puede tomar esa decisión».
Las relaciones solo funcionaban cuando ambas personas estaban de acuerdo en permanecer en ellas. ¿Pero terminarlas? Para eso solo hacía falta una persona.
Aunque le pareciera injusto al otro, una vez dicho, se convertía en realidad.
—No puedo seguir dando vueltas contigo, William. Tengo demasiadas cosas entre manos. Necesito descubrir la verdad sobre la muerte de mis padres adoptivos, y Erebus no ha desistido.
Su energía se dispersaba en demasiadas direcciones. El romance tenía que pasar a un segundo plano.
La boca de William se curvó en una sonrisa torcida y triste.
Para él, sonaba como una excusa, una forma de eludir el verdadero problema: su negativa a afrontar lo que tenían.
Stella no veía sentido en alargar la conversación. Su voz se volvió resuelta. —He dicho todo lo que tenía que decir. Me voy.
Los diez minutos que le había concedido se habían agotado.
No le dedicó una última mirada. Sin dudarlo, se alejó.
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Sacó su teléfono y le envió un mensaje a Lainey para decirle que se marchaba. Luego se subió al primer taxi que vio y desapareció en el tráfico fuera del concurrido centro comercial.
El taxi no había avanzado mucho cuando su teléfono vibró.
Irritada, miró la pantalla. El nombre de William apareció iluminado. Sin dudarlo, exhaló un suspiro de cansancio, rechazó la llamada y guardó el teléfono en su bolso.
No entendía por qué William seguía insistiendo, incluso después de que ella le hubiera explicado todo claramente.
No era su pasado con Erebus lo que la molestaba, ella le creía cuando decía que no sabía lo que era.
Lo que realmente le molestaba era el patrón. Él le ocultaba cosas. Una y otra vez, elegía el silencio en lugar de la confianza.
Ese no era el tipo de amor que ella quería. Si la honestidad no podía existir desde el principio, no quería que existiera en absoluto.
El taxi se detuvo frente a su edificio y, tras pagarle al conductor, Stella salió. Para su sorpresa, William ya estaba en el vestíbulo del ascensor, de pie como si llevara allí esperando bastante tiempo.
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