Exesposa desechada: Renaciendo de las cenizas - Capítulo 284
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Capítulo 284:
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«¿Es muy grave?», susurró.
«Ábrela», dijo Victoria con suavidad.
Con dedos temblorosos, Camille abrió la carpeta. Los términos médicos saltaron a la vista: «carcinoma pancreático metastásico», «fase cuatro», «mal pronóstico». Fechas de tratamientos. Notas quirúrgicas. Recomendaciones del oncólogo.
Pero una frase se le grabó a fuego en el cerebro: «Supervivencia estimada: de 3 a 6 meses». La habitación se inclinó a su alrededor. Camille se agarró al borde del escritorio para mantener el equilibrio.
«¿De tres a seis meses?». Su voz le sonó extraña, distante y hueca. «Eso… eso no puede ser cierto».
«Las estimaciones suelen ser conservadoras», dijo Victoria con tono pragmático. «Podría tener más tiempo».
«O menos». Las palabras se le escaparon antes de que Camille pudiera detenerlas.
Victoria no respondió, lo cual era respuesta suficiente.
«¿Desde cuándo lo sabes?», preguntó Camille, arrugando los papeles con fuerza.
«Desde antes del bombardeo de las subestaciones. Los primeros síntomas comenzaron antes».
Camille se levantó bruscamente, haciendo que la silla rozara el suelo. «¿Todo este tiempo? ¿Todos estos meses has estado muriéndote y no me lo has dicho?».
«Te estaba protegiendo».
«¿De qué?», preguntó Camille alzando la voz. «¿De la verdad? ¿De tener tiempo para prepararme? ¿De poder ayudarte?».
El rostro de Victoria se suavizó, mostrando una vulnerabilidad que Camille rara vez había visto. —Del dolor, Camille. Te estaba protegiendo del dolor. Ya has tenido suficiente en tu vida.
—¡No era tu decisión! —Las lágrimas brotaron de los ojos de Camille, calientes y llenas de ira—. Se supone que somos compañeras. Familia. No se le oculta algo así a la familia.
Victoria se estremeció al oír la palabra «familia» y, de repente, Camille lo entendió. «No me lo dijiste porque no querías que actuara como tu hija», dijo, con un sabor amargo en la boca al darse cuenta. «Querías que me centrara en la empresa. En convertirme en tu sucesora».
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«No». Victoria extendió la mano hacia Camille, pero esta dio un paso atrás. «No es eso en absoluto».
«Entonces, ¿por qué?», exigió Camille. «¿Por qué ocultar algo tan importante?».
Victoria se puso de pie con esfuerzo, con el rostro crispado por el dolor al moverse. «Porque no podía soportar verte mirarme como me miras ahora. Con lástima. Con pena. Como si ya me hubiera ido».
«¿Cómo esperabas que te mirara cuando descubrí que la mujer que me salvó la vida se está muriendo?». La voz de Camille se quebró en la última palabra.
Victoria rodeó el escritorio, acortando la distancia entre ellas. «Esperaba que fueras fuerte. Que estuvieras preparada para seguir adelante sin mí. Para eso te he estado preparando todo este tiempo».
«Creía que me estabas preparando para trabajar a tu lado», dijo Camille. «No para sustituirte».
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