Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey - Capítulo 872
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 872:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Daemonikai se quedó sin palabras. ¿Otro más?
¿Gemelos?
Aturdido, eufórico, apenas podía respirar mientras sostenía a su hijo y veía cómo su compañera corría hacia él una vez más. Y entonces…
Otro llanto de recién nacido resonó en el aire.
¡Una niña! ¡Su Excelencia, es una niña preciosa!
Tras el silencio, mientras sus compañeros dormían profundamente, Daemonikai y Vladya se sentaron uno al lado del otro en unas sillas que les habían traído, cada uno con un niño en brazos.
Daemonikai mecía a su hija en sus brazos mientras su hijo recién nacido dormía plácidamente en la cuna a su lado. Fuera de las murallas, la celebración había comenzado: hogueras encendidas por toda la ciudad, risas que resonaban mientras la gente se regocijaba. Por primera vez en una noche de eclipse lunar, no había miedo. Solo alegría.
Los hombres lobo permanecían apostados en las fronteras, protegiendo el territorio. Los vampiros estaban dispersos o muertos. Los Urekai habían resistido.
Ottai había visitado antes, sosteniendo a los bebés con reverencia antes de regresar a sus deberes. Morina no se sentía bien esa noche, y él alternaba entre cuidarla y encargarse de la limpieza nocturna.
—Míralos, Daemonikai —murmuró Vladya, mirando a su hijo con ojos que apenas podían contener la emoción—. Mira a nuestros hijos.
—Son tan pequeños —susurró Daemonikai—. Tan increíbles.
—Lo voy a mimar mucho —declaró Vladya.
Una mezcla de risa y burla escapó de la garganta de Daemonikai. —No lo harás. Es tu heredero. A los herederos no se les mima.
Vladya sonrió de lado. —¿Y el segundo?
Daemonikai se rió suavemente. «Todo está cancelado».
Visita ahora ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.ç𝓸m con contenido nuevo
—¿Como hiciste con Myka y Alvin? —preguntó Vladya distraídamente, y luego se quedó rígido.
Las palabras resonaron en el aire. Se quedó paralizado. —Yo… Daemonikai, no quería…
—No pasa nada —dijo Daemonikai con suavidad, sin perder la sonrisa—.
—No son recuerdos prohibidos, Vladya. Myka, Alvin, Evie… eran mi familia. Ya no están aquí, es cierto. Pero los llevo en mi corazón todos los días. Siempre los recordaré. Eso es lo que ella… —miró a Emeriel—. Me ayudó a comprender. Y le estaré eternamente agradecido.
Vladya asintió lentamente. —Ahora estás en un lugar mejor.
—Lo estoy. Y tú también.
—Siento que mi pecho no puede contenerlo todo. Mi corazón está tan lleno que podría estallar.
.
.
.