Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1338
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1338:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
En un comedor privado,
—¿Pediste reunirte? —Johnson fue directo al grano en cuanto se sentó.
Zoie sabía que no debía perder el tiempo. —Johnson, ese tipo, Niko… Sigues teniéndolo cautivo, ¿verdad?
Al mencionar a Niko, Johnson frunció el ceño. —¿Por qué me preguntas por él?
—Esperaba que lo liberaras —Zoie dudó antes de continuar—. Seguro que ya le has dado una lección bastante dura a Niko. Apuesto a que no se atreverá a molestarte…
Después de esto, volverá a ser Catherine; probablemente se mantendrá alejado de ella por completo. Ya ha pagado un precio, ¿por qué no dejarlo ir?
Al oír eso, Johnson soltó una risa burlona y despreciativa. Su mirada rebosaba desdén cuando respondió: —Señorita Wilde, ocúpese de sus asuntos. Solo estamos fingiendo ser pareja; usted no es mi novia. No se entrometa en mis asuntos.
Zoie se quedó paralizada por la vergüenza.
Con un suave suspiro, dijo: «Johnson, no estoy tratando de entrometerme. Solo lo digo por Catherine».
Al oír eso, la expresión de Johnson cambió ligeramente. «¿A dónde quieres llegar?».
Zoie frunció los labios y luego dijo: «Esta tarde, el padre de Niko se enfrentó a Catherine. Le suplicó que liberara a su hijo. Cuando ella se negó, él se desesperó e incluso sacó un cuchillo y la amenazó para que accediera».
—¿Qué? —El rostro de Johnson se ensombreció al instante. Se irguió de un salto, con expresión de pánico.
Al ver su reacción, Zoie sintió una punzada de envidia, pero la reprimió.
Tragándose sus celos, dijo: —Tranquilo, Catherine está ilesa. Conseguí calmar al padre de Niko y al final soltó el cuchillo.
Johnson exhaló profundamente por fin y se relajó al recostarse en la silla.
Zoie aprovechó el momento y adoptó un tono persuasivo. —La razón por la que le insté a liberar a Niko —comenzó— es que temo que su padre pueda perder los nervios bajo presión y hacerle daño a Catherine.
Se inclinó ligeramente hacia delante y bajó la voz. —Piénselo: hoy se ha presentado con un cuchillo. Eso solo ya nos dice que está a punto de hacer algo drástico. Si sigues reteniendo a su hijo y lo empujas al límite, es muy posible que lo arriesgue todo. ¿Estás dispuesto a correr ese riesgo?».
Dejó que sus palabras flotaran en el aire y luego estudió el rostro de Johnson en busca de una reacción. «¿No te parece lógico?», preguntó.
Johnson se quedó en silencio durante un momento, con la mirada impenetrable. Luego, con voz serena, respondió: «Sé lo que hago. No hay por qué preocuparse. Me voy».
Dicho esto, se puso de pie y se marchó sin mirar atrás.
Zoie entrecerró los ojos mientras lo veía alejarse.
Sus palabras no habían nacido de la preocupación, sino que estaban calculadas. Contarle a Johnson lo del incidente del cuchillo en la Universidad de Irondeer tenía un propósito muy concreto: avivar el fuego entre Johnson y el padre de Niko.
.
.
.