Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1328
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Capítulo 1328:
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«Por favor… Déjame ir…».
La voz era baja, ronca por el llanto y los gritos, poco más que un susurro.
Cuando Johnson entró en la habitación, el hombre atado al pilar central se movió. Tenía la ropa hecha jirones y el cuerpo magullado y ensangrentado. En cuanto vio a Johnson, una chispa de esperanza se encendió en sus ojos.
—Por favor… Por favor, déjame ir. Sé que…
—La he fastidiado. Ahora me doy cuenta de mi error. Déjame ir… —La voz de Niko temblaba de pánico.
Hacía tiempo que había superado las fases de negación y arrogancia. Al principio se había mostrado desafiante, creyéndose intocable. Luego vino el miedo, las súplicas y ahora… la sumisión desesperada.
Desde el día en que Johnson lo había capturado, se había aferrado a la creencia de que su padre vendría a rescatarlo.
Había imaginado a Johnson inclinándose ante su poder, suplicándole. Pero esa fantasía se había hecho añicos con cada día que pasaba.
Nadie había venido a rescatarlo.
Finalmente, uno de los guardias le había revelado la verdadera identidad de Catherine.
Era la segunda hija de la familia Hoffman, una de las ocho familias más poderosas del país.
Niko por fin se había dado cuenta de su error.
¿Cómo había podido ser tan tonto y temerario como para hacer daño a alguien como Catherine?
—Señor Hoffman —sollozó Niko, con lágrimas corriendo por sus mejillas magulladas.
—Me equivoqué. Por favor… Perdóneme. Déjeme ir…
Las súplicas desesperadas de Niko resonaron en la habitación como un disco rayado, pero ni una sola emoción se reflejó en el rostro de Johnson. Erguido y sereno, miró a Niko con una expresión que irradiaba una autoridad tranquila.
—Tengo una pregunta para usted —dijo Johnson, con voz baja pero inequívocamente autoritaria.
Niko asintió apresuradamente, moviendo la cabeza como un títere. —Pregúntame lo que quieras. Te lo juro, te diré todo lo que sé. ¡No te ocultaré nada!
La mirada de Johnson se agudizó. —¿Conoces a alguien llamado Holley Lewis?
Niko parpadeó confundido y luego negó con la cabeza inmediatamente. —No, no lo conozco.
Johnson estudió su reacción detenidamente. Parecía que Niko decía la verdad.
Después de un momento, Johnson continuó: «¿Y Baker Wright? ¿Lo conoces?».
Una vez más, la respuesta de Niko fue inmediata. «Tampoco he oído hablar de él».
Johnson frunció ligeramente el ceño. Al verlo, Niko se apresuró a explicar: —De verdad, señor Hoffman, le estoy diciendo la verdad. Nunca he oído esos nombres. Por favor, créame.
Johnson se inclinó ligeramente hacia él y endureció el tono. —Entonces dime, ¿cómo conseguiste que te admitieran en la Universidad Irondeer?
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