Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1314
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Capítulo 1314:
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El rostro de Holley cambió y se le fue todo el color de las mejillas.
No había previsto que Lamont supiera esa verdad en particular. Intentando mantener la compostura, replicó:
«¿Y de dónde has sacado esa información? Belinda y Lucas ya están divorciados. Cualquier vínculo que existiera entre ellos hace tiempo que desapareció. Ahora son desconocidos, nada más».
Pero Lamont no se echó atrás. Sus ojos se clavaron en los de ella, firmes y penetrantes.
«¿De verdad? ¿Ya no tienen ninguna relación? Entonces quizá debería ir al Grand Plains General Hospital y preguntarle a tu hija sobre esto».
Holley apretó la mandíbula. Su expresión se volvió tormentosa.
Después de un momento de contención, explotó, alzando la voz con furia
—Lamont, ¿qué es exactamente lo que intentas hacer? ¿Quieres llevarme al límite?
—Señaló con el dedo hacia la puerta.
—¡Bien! ¿Quieres encontrar a Belinda? ¡Adelante! ¡No te lo impediré!
Sus labios se curvaron de repente en una sonrisa fría y burlona.
—Si le dices una sola palabra a Belinda sobre ese asunto, es posible que tú y tu hijo no viváis para lamentarlo. Piénsalo bien, Lamont. ¿Estás preparado para lo que hará ella cuando se entere de la verdad? Porque te lo prometo: mi hija no te mostrará ni una pizca de piedad.
Era la misma amenaza que había utilizado antes. Y creía que Lamont lo entendía perfectamente: revelarle la verdad a Belinda solo se volvería en su contra.
¡Solo estaba tratando de usarla como ventaja contra ella!
Estaba segura de que no se atrevería a correr ese riesgo.
La mirada de Lamont no vaciló.
—¿De verdad crees que no lo haré? —preguntó con calma.
Su compostura era inquietante. Cuanto más tranquilo estaba, más incómoda se sentía Holley.
Antes de que Holley pudiera responder, Lamont volvió a hablar con voz decidida.
—Déjame ser claro. Cuando se trata de mi hijo, no hay nada que no esté dispuesto a hacer. Él es todo mi mundo. Lo es todo para mí. Si la única forma de salvarlo es suplicarle ayuda a Belinda y exponerme, entonces así será. Se lo contaré todo.
Hizo una pausa, con los ojos brillando con intensidad.
—Y si ella quiere vengarse después, lo afrontaré.
Esta vez, Lamont no lo decía solo para amenazar a Holley.
¡Cada palabra que pronunciaba salía del corazón!
Lamont recordó un momento lejano en el tiempo, cuando sufrió una lesión devastadora que le dejó convencido de que nunca podría tener hijos. Su futuro se derrumbó aquel día, y el linaje de los Chadwick parecía condenado a la extinción.
En aquel momento, se sumió en la desesperación.
Pero, inesperadamente, tuvo suerte.
Apenas una semana después, una exnovia reapareció con un niño en brazos que decía ser suyo. Un hijo.
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