Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1311
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Capítulo 1311:
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Lamont no era alguien que se rindiera solo porque ella le dijera que no podía hacer nada para ayudar a su hijo.
La expresión de Baker se volvió sombría.
Sabía que Holley tenía razón.
No sería fácil lidiar con Lamont.
—Si se desespera —continuó Holley con urgencia—, podría acudir directamente a Belinda. Si eso ocurre… Todo lo que hemos intentado ocultar con tanto esfuerzo quedará al descubierto.
Baker se quedó en silencio durante un momento y luego dijo en tono tranquilo:
—Lo sé.
«Esto es lo que quiero que le digas…».
Se inclinó y le explicó cuidadosamente la estrategia que debía seguir Holley. Tras escuchar sus palabras, Holley frunció ligeramente el ceño.
«¿De verdad crees que esto funcionará?».
«No nos queda otra opción», respondió Baker con calma. «Es nuestra mejor baza».
Holley asintió lentamente. «De acuerdo. Haré lo que me has dicho».
Cuando Belinda regresó a casa esa noche, Lucas ya había terminado de cenar y estaba en su estudio, inmerso en el trabajo.
Después de llamar suavemente a la puerta del estudio, la abrió y entró.
En cuanto Lucas la vio, esbozó una sonrisa.
—¿Ya has vuelto? —preguntó con voz baja y ligeramente ronca.
—Sí —respondió Belinda asintiendo con la cabeza y esbozando una cálida sonrisa mientras se acercaba y se dejaba abrazar con naturalidad.
Lucas la recibió rodeándole la cintura con un brazo.
—¿Qué tal ha ido? ¿Se ha solucionado todo? —preguntó con tono suave pero curioso.
Belinda volvió a asentir. —La situación de Gillian está controlada. En cuanto a Niko… Johnson aún no ha revelado cómo piensa ocuparse de él, pero dudo que le vaya bien.
A continuación, resumió la situación de Gillian en pocas palabras. Lucas asintió con la cabeza y no hizo más preguntas al respecto.
La estrechó más contra sí y la miró con fingida tristeza en los ojos.
—Ahora que el problema de Catherine está resuelto, ¿eso significa que puedo tener toda tu atención?
Belinda no pudo evitar reírse ante su tono enfadado.
Extendió la mano y le pellizcó la mejilla en broma.
—¿Por qué te comportas como un gruñón? He pasado mucho tiempo contigo. Además, tú también has estado muy ocupado últimamente.
La sonrisa de Lucas se hizo más amplia y su mirada brilló.
—Pero creo que me has descuidado estos últimos días… Dime, ¿cómo piensas compensarme?
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