Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1197
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Capítulo 1197:
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Poco después, llegó Lucas.
Había llamado a Belinda mientras ella se dirigía al hospital con Devin, ansioso por comprender la situación.
En ese momento, Belinda solo le había dado una breve explicación y le había pedido que fuera lo antes posible.
Cuando Lucas se acercó, Bethany se volvió hacia Belinda y le dijo: «Ya que Lucas está aquí, me voy».
Belinda asintió y le entregó las llaves de su coche a Bethany. «Toma mi coche». Como habían llegado juntas al hospital, el coche de Bethany todavía estaba aparcado en el restaurante.
«De acuerdo». Bethany tomó las llaves sin dudarlo y se marchó.
Una vez que Bethany se hubo ido, Lucas no perdió tiempo. —Belinda, ¿qué ha pasado exactamente?
En lugar de responder de inmediato, Belinda le respondió con otra pregunta. —¿Qué te ha dicho Carmelita?
Lucas se había enterado de la situación con una rapidez inusual, lo que solo podía significar una cosa: Carmelita le había llamado.
Pero ¿por qué? ¿Por qué iba Carmelita a llamar a Lucas?
¿A qué tenía tanto miedo?
¿Podría ser que Carmelita temiera que pasara algo entre Devin y ella?
Lucas mantuvo una expresión impenetrable mientras respondía: —Solo dijo que te habías llevado a Devin y que no tenía ni idea de dónde estabais. Eso es todo.
Belinda soltó una risa fría. —¿Ah, sí? —Tras una pausa, continuó—: Devin está grave. La sustancia que le han dado es un potente afrodisíaco.
Lucas frunció el ceño, preocupado. —¿En serio? ¿Quién podría haber hecho algo así?
Belinda negó ligeramente con la cabeza antes de explicar la situación. Luego dijo: —En este momento, Bethany y yo sospechamos firmemente que Iliana o Carmelita son las responsables de drogar a Devin. En cualquier caso, Carmelita está indudablemente involucrada en el asunto. Quiere que Devin e Iliana se acuesten juntos.
—De lo contrario, no habría estado vigilando la puerta de la habitación privada, cerrándola con llave y con esa expresión en ese momento.
Lucas apretó la mandíbula, con evidente frustración en el tono. —¿Carmelita ha perdido la cabeza? ¿Colaborar con otros para tenderle una trampa a su propio hermano?
Belinda cruzó los brazos y asintió, con un atisbo de sarcasmo en los ojos. —Eso parece. No faltan personas como ella en este mundo.
Una sombra se proyectó en la mirada de Lucas mientras procesaba las palabras de Belinda.
Lucas miró a Belinda, sintiendo que su mente había vuelto a la traición orquestada por Holley y Sarai.
Con un leve suspiro, Belinda murmuró en un tono teñido de resignación: «No puedo evitar preguntarme cómo estará Devin en este momento».
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