Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1188
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1188:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Kenia soltó una risa burlona. «¿Ah, sí? ¿Ahora soy tu única familia? Qué graciosa. ¿Pensaste en eso cuando conspiraste con Holley? Cuando tramaste contra Belinda y Lucas, ¿alguna vez te paraste a pensar en eso?».
Sarai abrió la boca, pero Kenia no le dio oportunidad de hablar.
—Quizá, solo quizá, dudaste un momento —dijo Kenia—. Quizá una pequeña parte de ti se sintió culpable. Pero al final, tu codicia pudo más. Tomaste una decisión. Así que ahórrate las lágrimas. No me interesa tu remordimiento.
Sus palabras atravesaron a Sarai como una espada.
Las lágrimas brotaron de los ojos de Sarai mientras luchaba por responder. —Kenia, por favor. Déjame explicarte…
—No hay nada que explicar —interrumpió Kenia con firmeza—. No quiero oír ni una palabra más. Sarai, a partir de este momento, sigamos caminos separados. Espero que tengas una vida maravillosa. Buena suerte.
Las palabras de Kenia golpearon a Sarai como un puñetazo en el estómago. Su voz tembló mientras balbuceaba: «Kenia… ¿Por qué me dices esto? ¿Estás… rompiendo toda relación conmigo?».
Un profundo peso presionaba el corazón de Kenia. Sentía compasión por Sarai, pero esta vez había ido demasiado lejos.
No podía perdonarla.
Respiró hondo y habló con determinación. «Sí. Rompo toda relación contigo».
Dudó un instante antes de continuar, con voz firme pero teñida de una tristeza inexpresable. «Te crié y, a cambio, me cuidaste todos estos años. Ahora no nos debemos nada. Acabemos con nuestra relación».
En apariencia, Kenia mantenía la compostura, pero por dentro le dolía el corazón.
—¡Kenia! —La voz de Sarai resonó en el teléfono, llena de angustia.
Sin embargo, Kenia no vaciló. Sin dudarlo, colgó. En cuanto se cortó la línea, lágrimas silenciosas comenzaron a correr por el rostro de Kenia.
Para Kenia, Sarai y Belinda eran sus dos nietas.
Romper los lazos con Sarai era agonizante.
Pero por mucho que le doliera, era una decisión que tenía que tomar.
Mientras Kenia estaba sumida en la tristeza, una voz la devolvió al presente. —Señorita Wright, ha vuelto —dijo Margie, rompiendo el silencio.
Kenia respiró hondo y se secó rápidamente las lágrimas.
En ese momento, Belinda entró en la sala de estar.
Abrió la boca para hablar, pero se detuvo en cuanto vio los ojos enrojecidos de Kenia.
—Abuela… ¿Qué ha pasado? —preguntó, con preocupación en el rostro, mientras se sentaba junto a Kenia.
.
.
.