Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada - Capítulo 1113
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Capítulo 1113:
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Jazmine se rió y no insistió más en el tema.
Después de cenar, dieron un paseo por el barrio. Justo cuando regresaban a casa, sonó el teléfono de Belinda: era Lucas. Le dijo a Belinda que iba a recogerla. Ella no se negó.
Cuando Lucas llegó, Belinda estaba a punto de salir sola, pero Rowell y Jazmine insistieron en acompañarla. Querían ver a Lucas.
En cuanto Lucas los vio con Belinda, lo entendió todo: eran el mentor y la esposa de Belinda. Se acercó sin dudarlo y los saludó respetuosamente.
Rowell permaneció en silencio al principio, mirando a Lucas con una mirada aguda y evaluadora.
A pesar de su mirada crítica, tenía que admitir que Lucas era extraordinario. Jazmine, por su parte, era mucho menos reservada. «¡Qué joven tan guapo!», exclamó. Tenía que admitir que Lucas parecía mucho más refinado ahora que tres años atrás.
Finalmente, Rowell habló con tono serio. —Siempre hemos considerado a Belinda como parte de nuestra familia. Ahora que ha decidido volver con usted, apoyaremos su decisión. Pero entienda esto: esperamos que la trate bien. No permita que vuelva a sufrir.
Lucas lo miró a los ojos y asintió solemnemente. —Tienes mi palabra: haré todo lo que esté en mi mano para protegerla.
Rowell lo observó un momento más antes de asentir brevemente. —Bien.
De vuelta en el coche, Lucas parecía perdido en sus pensamientos, con el ceño ligeramente fruncido. Le parecía que el mentor de Belinda le resultaba familiar, pero no conseguía recordar dónde lo había visto antes.
Belinda se dio cuenta del comportamiento de Lucas y le preguntó: «¿En qué estás pensando?».
Lucas respondió: «Tu mentor… Me resulta familiar. Creo que lo he visto antes».
La expresión de Belinda se alteró ligeramente al oír eso.
Belinda sonrió amablemente y respondió: «Oh, creo que lo has confundido con otra persona. Es solo un anciano que casi nunca sale de casa. ¿Cómo podrías haberte cruzado con él antes? Además, mi mentor tiene un rostro muy común. No es de extrañar que lo confundas con otra persona».
Belinda no le estaba ocultando nada a Lucas a propósito. La verdad era que su mentor prefería mantener en secreto su identidad pasada. En la actualidad, lo único que buscaba era una vida tranquila y sin sobresaltos.
—¿Ah, sí? —Lucas parpadeó, con un tono de duda en la voz.
—Por supuesto —respondió Belinda con firmeza.
Lucas asintió con la cabeza y decidió no insistir en el tema. Tras una breve pausa, preguntó: —¿Tu mentor también es médico?
Belinda no dudó. —Sí, lo es. Estudié medicina con él desde que era niña.
—Ya veo —murmuró Lucas, comprendiendo de repente—. Entonces tu abuela y Holley deben de conocer muy bien a tu mentor y a su esposa, ¿no?
Para su sorpresa, Belinda negó con la cabeza. —No, no los conocen. Ni siquiera saben quiénes son.
Al oír esta respuesta, Lucas se quedó desconcertado.
Belinda bajó la mirada y su voz se suavizó. —Porque cuando era pequeña, Holley no quería que aprendiera nada más allá de lo básico. Decía que no quería que tuviera ninguna carga, solo quería que fuera feliz todos los días. En cuanto a la educación, me decía que no pasaba nada si estudiaba, pero que no importaba si no lo hacía. Dijo que me cuidaría toda la vida, pasara lo que pasara».
Lucas frunció el ceño y su expresión se ensombreció. Ese tipo de crianza no era nada buena. ¿Qué tipo de padre no querría que su hija se convirtiera en una persona completa y capaz? Sin embargo, Holley había desanimado a Belinda a aprender más cosas. Incluso en lo que respecta a la educación de Belinda, Holley parecía indiferente. Era la primera vez que Lucas se enteraba de que alguien criaba a un hijo así.
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