Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 96
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 96:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Mientras Freya abría metódicamente más botellas, le entregó una a Frederick con movimientos deliberados. «Toma esto».
—Freya —la llamó Frederick, con voz teñida de vacilación.
—Escúpelo de una vez —espetó Freya, claramente sin ganas de juegos.
Frederick apretó los labios y una ola de inquietud lo invadió al contemplar la posibilidad de revelar la verdad oculta. Finalmente, respiró hondo y dijo: —Hay algo que debo confesarte.
—Continúa —lo instó Freya, con tono seco.
Frederick dudó un momento antes de continuar: —Nuestros amigos ya saben lo tuyo con Kristian.
Freya se detuvo a mitad de sorbo, con el vaso suspendido en el aire.
El sudor perlaba la frente de Frederick a medida que su ansiedad aumentaba. La actitud de Freya se volvió gélida, su aura cargada de tensión.
—Como me advertiste que no les informara, sin querer se acercaron a mi ordenador… —La voz de Frederick se apagó débilmente, entre nervios.
—Lamentablemente, no pude evitar que lo descubrieran todo.
»
Freya entrecerró los ojos y su voz adquirió un tono distante. «¿Y cómo se lo tomaron?
«¡Me atacaron!», exclamó Frederick, con una mezcla de indignación y dolor en la voz. «Te acusaron de favoritismo, de confiar solo en mí y de excluirles».
La expresión de Freya se endureció y una tormenta se desató en su mirada.
Sus dedos se tensaron sutilmente alrededor de la botella.
—Freya… —La voz de Frederick estaba cargada de preocupación mientras observaba su reacción.
—Quedaré con ellos cuando haya conseguido la sentencia de divorcio —murmuró Freya, con voz apagada y tensa—. Entonces podremos hablar.
Frederick respondió con tono vacilante: «Este mes puede ser complicado».
Freya frunció el ceño, confundida.
Frederick comentó con indiferencia: «Probablemente estén ocupados».
«¿Por qué?», preguntó ella.
Él le explicó: «Uno se va de viaje con su novia, otro va a conocer a un amigo que ha conocido por Internet y otro se va a visitar a los padres de su pareja».
«¿Todos tienen pareja?», preguntó Freya con tono de sorpresa.
«¿No lo sabías?», preguntó Frederick con un deje de incredulidad en la voz.
«¿Cómo iba a saberlo?», replicó ella.
Frederick contó con los dedos. «De los siete, solo Trent, Riley y yo seguimos solteros». Su tono se volvió más indignado. «Los demás han estado saliendo discretamente. ¡Y tú, tú te has casado!».
Su frustración era palpable, pero entonces recordó la situación actual de ella.
«Freya…». Su voz se apagó, llena de incómodo arrepentimiento.
Sintió una punzada, como si hubiera tocado sin querer una herida sensible.
«¿De verdad están saliendo?». El ánimo de Freya se disparó, y su actitud cambió notablemente.
—¿No has visto las novedades en nuestro chat grupal? —preguntó Frederick.
.
.
.