Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 925
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Capítulo 925:
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«Sí.»
Ellis murmuró: «Dame un beso». Sus labios se curvaron en una sonrisa encantadora mientras su rica voz transmitía una fascinación traviesa.
Freya se detuvo. ¿Un beso?
Con tono indulgente, Ellis le hizo un leve gesto con la frente. «Mira la flor del centro. Dentro hay un regalo oculto. ¿No quieres echar un vistazo?».
Tras examinar detenidamente el ramo, Freya descubrió un collar escondido en algún lugar entre las flores.
Las pulseras, los collares y los pendientes nunca le habían gustado. Casi nunca llevaba joyas a menos que fuera para una ocasión formal. No se había comprado ninguna a lo largo de los años.
Sin embargo, mientras contemplaba el collar escondido entre las flores, empezó a cogerle cariño.
Lo cogió y lo giró en sus manos, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios sin que se diera cuenta.
Ellis captó su reacción y supo que había acertado con el regalo.
Todas las chicas querían sentirse queridas. Freya, a pesar de su fuerza y de estar siempre pendiente de los demás, seguía siendo una niña que merecía ser apreciada y querida.
«Capitán.»
«¿Sí?»
Los ojos de Freya brillaban con sentimiento mientras se levantaba sobre sus dedos de los pies y rozaba un beso rápido en su mejilla.
Ellis no estaba preparado para eso. Se quedó quieto, el suave roce de sus labios en su piel como una pluma que le hacía cosquillas en el corazón.
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Antes de que pudiera asimilarlo, Freya ya estaba huyendo con las flores.
Ellis la vio desaparecer por la puerta, con los dedos rozando el lugar donde habían estado sus labios. Su sonrisa se intensificó y sus ojos brillaron de diversión. Freya le besó.
No la persiguió.
Sabía que podía parecer fría como el hielo, pero era sorprendentemente tímida con estas cosas. Como su novio, tenía que darle espacio.
Sólo cuando Freya cerró la puerta de su habitación se dio cuenta de lo que había hecho. Su corazón se aceleró, el recuerdo de inclinarse para besar a Ellis repitiéndose en su cabeza como un disco rayado.
Se pellizcó el puente de la nariz. ¿Cómo había perdido la calma y le había besado?
Una vez calmada, dejó las flores en el estudio y buscó en Google qué podía ser un buen regalo para un novio.
Nada de lo que encontró le gustó.
Sin ideas, envió un mensaje a Greta y Riley. «¿Cuál es un buen regalo para un chico?»
Greta y Riley se quedaron perplejas.
La curiosidad se encendió y Greta preguntó: «¿Para quién es?».
¿Era para Kristian? ¿O para otra persona? ¿Lo sabía Ellis?
Freya respondió: «Para mí no. Una amiga está eligiendo algo para su novio, pero no se decide».
Greta no se lo creía, pensaba que era Freya.
Pero entonces recordó a Ellis diciendo que sólo se confesaría con Freya después de tratar con Kristian, así que no podía ser él.
Riley remachó: «Depende del presupuesto de tu amiga».
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