Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 90
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 90:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La incertidumbre de Hugh crecía, pero dudaba en insistir, temeroso de irritar realmente a Freya.
Freya, por su parte, había pasado toda la mañana envuelta en el sueño. No fue hasta última hora de la tarde, alrededor de las tres o cuatro, cuando se movió para mirar la hora y…
Freya vio un nuevo mensaje de texto en su teléfono. «Soy Ashley. ¿Podrías ponerte en contacto con Kristian por mí? Hay un asunto urgente que necesito discutir con él».
Freya se detuvo, desconcertada. ¿De verdad las amantes eran tan atrevidas hoy en día, contactando directamente con las esposas? Rápidamente descartó el mensaje y siguió con su día. No estaba tratando de hacerse la mártir, ni le importaba involucrarse en los asuntos de Kristian.
Y, sinceramente, el mensaje le pareció extraño, como si algo no cuadrara.
De entre todos los miembros del Grupo Shaw, Ashley había enviado el mensaje a la persona que menos paciencia tenía con ella.
Freya veía la situación con creciente sospecha, con sus instintos en alerta máxima.
Su teléfono estalló en una serie de vibraciones urgentes.
Al levantar el teléfono, reconoció el identificador de llamadas: era el mismo número que le había enviado el mensaje anteriormente. Claramente, era Ashley al otro lado.
Con una pulsación cautelosa del botón de respuesta, Freya también activó la función de grabación, por si acaso.
Cuando se conectó la llamada, una voz suave y algo dolorida flotó a través del altavoz. —¿Es la Sra. Briggs? Soy Ashley Bradley. ¿Podría pasarle el teléfono a Kristian? Tengo algo urgente que discutir con él.
—No —respondió Freya con brusquedad, en un tono que no admitía réplica.
—Es mu-muy importante que hable con él —insistió Ashley, con una mezcla de súplica y urgencia en la voz—. Se lo ruego.
—Tienes mucho descaro —replicó Freya, que nunca se andaba con rodeos—. ¿Por qué crees que es apropiado que te ponga con Kristian?
Se hizo un silencio sepulcral al otro lado de la línea.
Freya pronunció su tajante conclusión. —La gente debería tener un poco de respeto por sí misma, ¿no crees?
—Señora Briggs… —intentó interrumpir Ashley.
Pero Freya, imperturbable, terminó la llamada abruptamente, bloqueando y borrando el número de Ashley de su teléfono.
Estaba decidida a no tolerar más interrupciones de Ashley.
Para ser sincera, no tenía ni idea de lo que pasaba por la cabeza de Ashley.
—Por favor, estoy desesperada por ver a Kristian. Se ha estado alejando de mí por tu acuerdo, pero ahora lo necesito a mi lado más que nunca.
Freya miró fijamente el mensaje de otro número desconocido, con el rostro visiblemente tenso.
La idea de una amante suplicando a una esposa que le dejara ver a su marido era totalmente ridícula.
«¡Tengo que decirte que estoy embarazada de Kristian!».
Los mensajes de Ashley se sucedían uno tras otro, cada uno más impactante que el anterior, pero fue la confesión final la que la golpeó con la fuerza de un trueno.
Ashley estaba embarazada, y el niño era de Kristian.
.
.
.