Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 872
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 872:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Justo entonces, el teléfono de Freya sonó.
Ella se congeló, sorprendida por el sonido repentino. Sus cejas se fruncieron en confusión, como si el tono de llamada en sí no tuviera sentido. «Freya, tu teléfono», dijo Frederick, con voz baja pero firme a pesar de los nervios que le atenazaban el pecho.
Por supuesto, ella lo sabía; después de todo, era su teléfono. Pero el momento era demasiado coincidente. ¿Podría ser esto? ¿Podría Ellis llamarla de verdad? ¿Era ésta su forma de confesar?
Sus dedos temblaron ligeramente cuando se metió la mano en el bolsillo y sacó el teléfono. Miró la pantalla. ¿Kristian?
Todos los demás se pusieron rígidos. Greta abrió los labios, sorprendida. Trent parpadeó, incrédulo. Frederick se quedó boquiabierto.
Todos giraron la cabeza hacia Ellis, con expresiones que hacían la misma pregunta.
Espera, ¿no acababa Ellis de hacer esa llamada?
Ellis escuchó la voz mecánica en la línea, su tono plano e indiferente. El número que había marcado estaba ocupado.
Levantó la mirada hacia Kristian, que tenía el teléfono en la mano, y no sintió el menor atisbo de sorpresa.
Estaba más claro que el agua: las facultades mentales de Kristian habían vuelto a la normalidad. No había forma de que Kristian se sentara y le permitiera expresar sus sentimientos sin interrupción.
«¿Por qué me llamas?» Freya no se molestó en contestar. En su lugar, inclinó la cabeza, fijando los ojos con Kristian, que ya la estaba mirando con atención intensa e indivisa.
«Ellis está tratando de llamar a su enamorado y confesarse», dijo Kristian, su tono enérgico y directo. «Así que pensé en hacer lo mismo. Freya, te quiero de verdad. ¿Quieres ser mi novia?»
En el instante en que esas palabras salieron de sus labios, todos los ojos se desviaron hacia Freya.
Más capítulos liberados en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝗺
El grupo intercambió miradas cautelosas, apoyando en silencio a Ellis. Ellis, sin embargo, permaneció sereno, con una expresión ilegible, como si nada de aquello le preocupara.
Kristian notó el silencio de Freya y presionó suavemente: «¿Freya?».
«No…» Freya apenas había susurrado la palabra cuando la puerta se abrió de repente con un estruendo.
Una salva de cañones de confeti estalló, bañando la habitación en una lluvia de serpentinas y pétalos vibrantes.
Kristian se guardó el teléfono en el bolsillo, se levantó y se dirigió hacia la puerta. Allí le esperaba Gerard con un gran ramo de rosas rojas. Los guardaespaldas de la entrada se pusieron en posición, formando dos filas ordenadas que se separaron para despejar el camino.
Kristian, sosteniendo el ramo, caminó despacio, deliberadamente, con los ojos fijos únicamente en Freya. Se detuvo frente a ella y le tendió las rosas. «Freya, te quiero de verdad. ¿Quieres estar conmigo?»
«¡Di que sí!»
«¡Di que sí!»
«¡Di que sí!»
Los guardaespaldas rompieron a cantar, sus voces resonando a un ritmo perfecto. Gerard, quieto a un lado, como siempre, se estremeció de miedo. Si tenía que jugarse la vida, iban a rechazar a Kristian.
«Déjate de tonterías», dijo Freya, poniéndose en pie, con un tono frío e inquebrantable mientras rechazaba el ramo.
«Hablo en serio», murmuró Kristian, acercándose, con voz suave pero firme. «Te quiero de verdad. Te quiero en mi futuro. Sé que he hecho muchas cosas para herirte, pero te pido una oportunidad… para hacerlo bien».
.
.
.