Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 742
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 742:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Kristian se llevó la mano al estómago, fingiendo malestar. «Me duele el estómago».
Freya se levantó y se acercó a él para comprobarlo, pero no encontró ninguna señal de nada inusual. Supuso que era algo interno. «¿Te duele mucho?»
«Sí…» Kristian hizo un gesto de dolor, con la cara contorsionada por el dolor fingido.
«Te llevaré al hospital», dijo Freya de inmediato.
El corazón de Kristian dio un salto de pánico. Si iban al hospital, ella descubriría que estaba fingiendo. ¿Qué debía hacer?
«No hace falta ir al hospital», dijo Ellis con calma mientras se acercaba. «Probablemente comió demasiado. Estará bien después de descansar un poco».
«Ya lo he comprobado. No es porque haya comido demasiado», insistió Freya, con la preocupación nublando sus facciones.
El padre de Kristian se lo había confiado a su cuidado. No podía dejar que nada le pasara a Kristian.
Viendo a través de Kristian, Ellis presionó ligeramente un punto de su abdomen. «¿Te duele aquí?»
Kristian permaneció en silencio.
«Si no dices que sí, Freya va a insistir en llevarte al hospital», susurró Ellis lo suficientemente bajo como para que sólo Kristian pudiera oírlo.
Kristian lanzó una mirada lastimera a Freya y fingió dolor de mala gana. «Sí».
«Es que ha comido demasiado», concluyó Ellis con suavidad. «Lo llevaré a dar un paseo».
Ellis sacó a Kristian por la puerta y bajó en ascensor. Mientras tanto, Freya seguía sumida en sus pensamientos, reflexionando sobre el estado de Kristian. Sus síntomas parecían demasiado graves para considerarlos un simple dolor de estómago por haber comido demasiado.
Ethel, al ver que todo el mundo se había marchado, se inclinó hacia ella y le preguntó con curiosidad: «Sé sincera: si Ellis alguna vez te persiguiera, ¿le dirías que sí?».
Disponible ya en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 para seguir disfrutando
Freya se quedó paralizada, sorprendida. Sin perder un segundo, respondió: «No».
Ellis estaba muy lejos de su alcance, y ella lo sabía. Todavía recordaba vívidamente aquellos brutales días de entrenamiento en los que todos habían sido maltratados bajo su liderazgo. La mera idea de ser invitada a una comida en le parecía surrealista, por no hablar de la idea de una relación.
«¿Por qué no? insistió Ethel, con las cejas fruncidas por la perplejidad. «Es guapo, te trata bien y es amable. Sinceramente, sería perfecto».
«Algunas personas están destinadas a seguir siendo amigas», dijo Freya después de reflexionar un momento. No era sólo ella. Greta y Riley tampoco se atreverían ni a soñarlo. Si Freya no hubiera soportado antes el implacable entrenamiento de Ellis, podría haberlo encontrado encantador. Sólo recientemente se había dado cuenta de que debajo de ese exterior frío, era un gran hombre. Pero no importaba cómo lo mirara, cada vez que pensaba en Ellis, el primer recuerdo que afloraba era siempre el de aquellos agotadores e implacables ejercicios.
«¿Qué hay de Kristian? ¿Le tendrías en cuenta cuando mejore?». preguntó Ethel, no dispuesta a dejarlo pasar. «¿Dirías que sí entonces…?».
«No», respondió Freya con firmeza, su voz no dejaba lugar a dudas.
«Entonces tú…»
«Ahora mismo no me interesan las relaciones», afirmó Freya sin rodeos, trazando un firme límite. «Céntrate en tu propia vida amorosa».
«Mina», dijo Ethel, con voz de auténtica preocupación. Le preocupaba que Freya hubiera renunciado por completo al amor a causa de sus desamores pasados. La vida era larga, ¿no se sentiría Freya sola si decidía quedarse soltera para siempre?
«¿Has elegido un vestido para la fiesta anual?» preguntó Freya, desviando suavemente la conversación. «¿Quieres que te acompañe de compras?».
.
.
.