Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 74
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Capítulo 74:
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—No —respondió Freya, observando atentamente sus expresiones preocupadas—. Dividimos nuestros bienes de forma equitativa.
«¿Cómo lo dividisteis exactamente?», preguntaron al unísono, con evidente curiosidad.
Freya les explicó los detalles del acuerdo.
El acuerdo reflejaba lo que habían acordado anteriormente: ella se quedaría con el coche deportivo de lujo, la villa en las afueras y el 40 % de los ingresos de él desde el día de su boda.
Había previsto que aprobarían su hábil gestión de la situación.
En cambio…
—¿Aún sientes algo por él? —Ethel frunció el ceño con preocupación—. ¿Por qué aceptaste un acuerdo tan insuficiente?
Hugh intervino: —El Grupo Shaw genera miles de millones en ganancias anuales. Ofrecerte esta miseria es simplemente inconcebible.
Freya exhaló profundamente y se pellizcó el puente de la nariz mientras pensaba en su respuesta.
De hecho, los miles de millones parecían insignificantes en comparación con las ganancias anuales del Grupo Briggs.
—Él destinó la mayor parte de los fondos a inversiones, y yo dejé claro que no reclamaría su cartera de inversiones —explicó Freya—. Además, él no recibirá ninguna parte de mis bienes.
Ethel se acercó para tocar la frente de Freya, preguntándose si la enfermedad había nublado su juicio.
Freya la miró desconcertada.
—¡Freya, él te fue infiel! La culpa es toda suya —declaró Ethel, con la indignación creciendo en su interior y la tensión apretándole las sienes—. Proteger tus bienes es lo correcto. Con su carácter, sin duda se quedaría con ese dinero para su amante. No debes soportar esta injusticia. Contactaré con Trent inmediatamente para darle una lección a Kristian.
Mientras hablaba, agarró su teléfono, lista para hacer la llamada.
Freya intervino rápidamente.
—¿Por qué me detienes? —preguntó Ethel, perpleja.
—Este acuerdo es suficiente. El acuerdo de divorcio ya ha sido presentado. Tengo muchas formas de complicarle la vida sin entrar en disputas económicas. Además… —Freya hizo una pausa significativa. «Si dividiéramos todo por igual después del matrimonio y los medios descubrieran nuestra relación, podrían sugerir que el Grupo Briggs depende de los acuerdos de divorcio para funcionar».
Tanto Ethel como Hugh se quedaron en silencio, contemplando esta perspectiva.
Solo unos pocos sabían que Kristian se había divorciado de Freya por Ashley. Si los medios informaban de la historia, Freya no podría demostrar la infidelidad.
Kristian no había tenido relaciones íntimas con Ashley ni había pasado noches con ella, por lo que no había pruebas concretas de traición.
Incluso si aparecieran fotografías de Kristian con Ashley, podrían presentarse como una simple amistad. Sin pruebas convincentes, la opinión pública probablemente les daría la razón.
Sin embargo, dado que Freya solo reclamaba unos activos modestos, la reacción del público sería manejable.
Para otras empresas, miles de millones podrían parecer una cifra astronómica, pero para la familia Briggs no era más que una fracción de su fortuna.
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