Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 73
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 73:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Freya entró en la habitación con el rostro impasible, sin dejar traslucir la furia que había estallado durante su enfrentamiento con Kristian.
—Mina.
—Mina.
Ethel y Hugh dijeron al unísono, y sus voces se superpusieron en una breve armonía.
Una mirada de confusión cruzó el rostro de Freya al notar sus expresiones preocupadas. Con un suave clic, cerró la puerta detrás de ella y preguntó: «¿Qué parece ser el problema?».
«¿Por qué vas a pedir el divorcio de Kristian Shaw?», espetó Ethel, adelantándose a su padre antes de que este pudiera reunir el valor para preguntarlo. Su tono denotaba una mezcla de preocupación y exigencia.
«Y ni se te ocurra darme la explicación de que «no ha funcionado»».
Freya dudó, vacilando en su decisión. Al principio, había pensado ocultar los verdaderos motivos, pero la sincera preocupación que se reflejaba en sus rostros la hizo cambiar de opinión.
«Ha vuelto su primer amor», admitió.
Ethel y Hugh se quedaron momentáneamente desconcertados, con expresiones idénticas que reflejaban a la perfección su conmoción.
Freya dejó el teléfono a cargar y se sentó frente a su padre. Exhaló lentamente y habló con voz firme. —Es solo otra forma de decir que no funcionó. Él fue quien sugirió el divorcio y yo no vi razón para negarme.
—¿Hablas en serio? —Ethel alzó la voz, con un tono de incredulidad.
Freya arqueó sutilmente las cejas. —Totalmente.
«¿Está loco o es simplemente estúpido?», preguntó Ethel, desconcertada y preocupada, expresando su incredulidad. «¿Por qué elegiría a su primer amor en lugar de a alguien tan excepcional como tú?».
Freya permaneció en silencio, perdida en sus pensamientos.
La marcha de Ashley había dejado a Kristian a la deriva, incapaz de borrar su recuerdo. El impacto que ella había tenido en él era profundo e innegable.
—¡Te lo juro, debe de estar loco y ser completamente estúpido! —exclamó Hugh, con voz teñida de frustración.
Freya solo le dirigió una mirada fugaz.
Al ver su expresión, el fervor de Hugh se desvaneció y preguntó vacilante: —¿Qué te hizo enamorarte de él al principio?
—Su aspecto —respondió Freya lacónicamente.
Lamentablemente, se dio cuenta de que basar un matrimonio únicamente en la atracción física era un error.
Hugh se quedó sin palabras, mientras Ethel suspiró en silencio. Era muy consciente de la debilidad de su hermana por los hombres guapos, las voces encantadoras y las figuras llamativas.
Rompiendo el incómodo silencio, Hugh preguntó: «¿Cómo va el divorcio?».
«Hemos presentado los papeles. Una vez que termine el periodo de espera obligatorio, podremos formalizarlo», explicó Freya con tono resignado.
«¡Hay que hacerlo!», intervino Ethel con vehemencia, viendo a Kristian bajo una luz muy dura.
«¡Un hombre así no te merece!».
La furia de Ethel ardió como un fuego salvaje. ¿Cómo podía Kristian ser tan exasperante? ¿Cómo podía tratar a su hermana con tanta indiferencia? Para ella, tal injusticia era simplemente insoportable. «Cuando pediste el divorcio, ¿le dejaste sin nada? Acabar con un matrimonio por otra mujer constituye una profunda traición», espetó.
Hugh asintió solemnemente. —Tiene toda la razón.
.
.
.