Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 712
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 712:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Después de salir del club, Ellis dio un lento paseo con Freya por las tranquilas calles. Al principio intentaba caminar sola, pero cada pocos pasos se detenía durante diez segundos, balanceándose suavemente como una hoja atrapada por la brisa. Finalmente, Ellis la cogió a caballito sin decir palabra.
«Capitán», murmuró Freya contra su espalda, con los ojos cerrados, su voz pequeña pero persistente. «Todavía no me has contestado».
«¿Cuándo he dicho que guardo rencor por el pasado?» Ellis replicó con voz suave como el agua que fluye, fácil, firme y cálida.
Rodeada por el sonido de su voz, Freya sintió como si la envolviera un manto de calidez, como si un viento suave rozara su piel. Por un momento, todo lo demás se desvaneció.
No pensó, simplemente habló con el corazón. «Entonces, ¿por qué sigues trayéndome el desayuno? ¿Por qué me invitas a comer?»
«Se podría decir…» La voz de Ellis se apagó.
En su corazón, susurró: «Tengo mis razones, ninguna de ellas pura». Aunque el alcohol había embotado sus aristas, Freya no estaba tan ida como para no entender la implicación. Si él revelaba la verdad ahora, ella podría huir al día siguiente, alegando el trabajo como escudo. Aún así, Freya esperó. «¿Qué?»
«Sólo estoy cuidando de un miembro del equipo que está pasando por un divorcio», dijo Ellis, deslizando una máscara de despreocupación. «O tal vez estoy siendo amable con mi jefe, podría ser útil para mi futuro».
«No lo creo», respondió Freya con firmeza, incluso en su neblina, la convicción anclando sus palabras.
Ellis enarcó una ceja. «¿Oh?»
«Tú no eres ese tipo de persona», insistió ella, segura de su carácter.
Ellis esbozó una sonrisa tranquila y siguió caminando.
novelas4fan﹒com — tu mundo de historias
Los pensamientos de Freya giraban en espiral. Su mente era un lío enmarañado -la lesión de Christian, el extraño comportamiento de Ellis-, todo anudado como un ovillo de cuerda arañado por un gato curioso.
Cuando por fin llegaron a casa, Ellis le preparó un vaso de agua con miel, preocupada por si se despertaba con un fuerte dolor de cabeza. No borraría la resaca, pero la aliviaría.
Después de asegurarse de que todo estaba en orden, envió un mensaje al chat de grupo para informar a sus amigos de que habían vuelto sanos y salvos.
Greta sugirió: «Asegúrate de que Mina beba agua con miel, para que mañana no le duela la cabeza».
Ellis respondió: «Ya lo he hecho».
Greta se detuvo a medio escribir, con los dedos suspendidos sobre las teclas, y decidió que ya no valía la pena preocuparse.
Ya que Ellis cuidaba tan bien de Freya por naturaleza, podían dejar de preocuparse demasiado.
Una vez que terminó su agua con miel, Freya se acomodó en la impecable alfombra. Sus ojos brillaban con silenciosa inquietud, su rostro sombreado por una tranquila tristeza.
La noche nunca era ideal para tomar decisiones serias, ni para beber demasiado.
Incluso alguien tan serena y sensata como Freya encontraba que sus pensamientos daban vueltas bajo el peso del alcohol.
No sabía por qué, pero las visiones de las heridas de Kristian, con su sistema nervioso en grave peligro, seguían reproduciéndose en su mente, creciendo hasta que eran imposibles de ignorar.
«Capitán». Su voz era apenas un susurro, insegura y pequeña, como la de una niña que ha perdido el norte. Para ella, Ellis podía hacer cualquier cosa.
No importaba el problema, ya fuera práctico o emocional, siempre se las arreglaba para hablar con ellos, guiándolos hacia adelante, ganándose su confianza sin que se dieran cuenta.
.
.
.