Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 705
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 705:
🍙🍙🍙🍙 🍙
«¿A qué se dedica tu familia?» Freya no pudo evitar preguntarlo directamente.
«Tienen una tienda», dijo Ellis sin rodeos. «¿Por qué lo preguntas?»
Freya no estaba segura de si estaba siendo sincero. Había oído rumores sobre su origen adinerado, pero nada sólido.
Sin embargo, no iba a entrometerse. No valía la pena.
«No es nada», respondió Freya entre bocados. Luego añadió: «Si alguna vez necesitas visitar a tus padres, sólo tienes que decirlo. No hace falta que pidas permiso». Desde que se jubiló, Ellis no había vuelto a casa ni una sola vez.
«Me dijeron que no volviera hasta que encontrara novia. El clásico movimiento de los padres, ¿no?» Ellis estaba claramente provocándola.
Y Freya cayó directamente en la trampa. «¿Así que no te dejan volver a casa a menos que tengas una?»
«Mm.» La voz de Ellis se volvió juguetona. «¿Podrías ser mi novia para que finalmente pueda ir a casa?»
«Pregúntale a Riley». Freya se perdió por completo el significado subyacente. Ella sinceramente ofreció: «Ella es burbujeante y linda, y todo el mundo le gusta. Sería una novia falsa estupenda».
Ellis apretó los labios en una sutil sonrisa, su mirada cayendo con un toque de impotencia.
Oh, Freya. A veces podía ser tan despistada.
De repente se preguntó cómo Kristian había conseguido casarse con ella.
«Freya.»
«¿Sí?»
Lo nuevo está en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝒸ø𝗺 para ti
«¿Cómo se conocieron tú y Kristian?» Ellis se sintió obligado a saber más. «Pareces bastante reservada».
Ante eso, Freya hizo una pausa.
Un destello de memoria cruzó sus ojos: su primer encuentro.
Habían pasado dos años, pero la imagen aún brillaba en su mente.
«Nos cruzamos por primera vez en el Club Nyx en Jeucwell». Freya no se molestó en ocultar la verdad, para empezar nunca fue un gran secreto. «Por aquel entonces, mi madre acababa de fallecer. Necesitaba despejarme y respirar un poco, así que me fui a Jeucwell. Allí le conocí».
Una sombra de tristeza pasó por los ojos de Ellis, fugaz, sutil, invisible para cualquiera que no la buscara. Siguió adelante. «¿Y después?
«Tomamos unas copas y empezamos a hablar». Freya aún podía recordar su conversación con absoluta claridad. «Después, me di cuenta de que era asombrosamente culto y de que compartíamos los mismos principios, la misma forma de ver el mundo. Y era innegablemente guapo. Así que cuando me lo propuso, dije que sí».
Por aquel entonces, Kristian parecía un sueño. Era atractivo, atlético, educado y coincidía con sus valores. Incluso después de casarse, fue infinitamente paciente y tierno en todos los sentidos.
Aunque Kristian solía estar de viaje de negocios o trabajando hasta altas horas de la noche, nunca faltó a su palabra. Por muy agobiado que estuviera, si prometía algo, lo cumplía, y Freya nunca quedaba decepcionada. Con un hombre así, se había enamorado de él incluso antes de saber lo que estaba pasando.
No fue hasta que la llamada de Ashley atravesó aquellos días dorados y tranquilos cuando por fin comprendió una verdad: por mucho que tuvieran en común, si sus corazones no estaban sincronizados, nunca serían el uno para el otro.
«¿Un matrimonio relámpago?» preguntó Ellis.
.
.
.