Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 647
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Capítulo 647:
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«Yo no lo cogí. Accedí a él a distancia», respondió Natasha rápidamente.
Freya dejó traslucir su enfado, creíble, pero comedido. Ya sabía que Natasha podía acceder a su teléfono porque ella misma le había dado ese acceso.
Si no lo hubiera hecho, los agudos instintos de Natasha habrían descubierto que Freya era K.
Ashley se quedó a un lado, atónita por la actuación de Freya. A pesar de sus habilidades, era completamente convincente como alguien vulnerable.
«Ashley.» La voz de Brendan cortó la tensión.
Ashley se estremeció, todavía asustada de él. «¿Qué?»
«Tu abuela y tu hermano están en mis manos. Dime dónde está K y los liberaré. Si te niegas, morirán», dijo Brendan con frialdad.
El primer instinto de Ashley fue mirar a Freya, pero se detuvo. Si la miraba, Brendan se daría cuenta de que algo no iba bien.
Freya también se tensó, aunque su expresión permaneció tranquila y distante.
Estaba preparada para actuar en cuanto fuera necesario. Por suerte, Ashley se mantuvo firme.
«No sé nada de esa tal K», dijo Ashley, con los ojos muy abiertos por el pánico. «¿Sigues mintiendo?»
«¡No miento!»
Brendan se inclinó hacia ella y le tocó suavemente la mejilla, con un tacto tan suave que la hizo temblar. «No has cambiado en dos años. Sigues tan terca como siempre».
A Ashley se le apretó el pecho.
Justo delante de ella, Brendan hizo una llamada. «Mata a la vieja».
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«¡No!» Ashley se abalanzó sobre su teléfono, con la voz entrecortada.
Pero él ya había colgado. Sus ojos fríos la penetraron como el hielo. «Las mascotas desobedientes son fáciles de tratar. ¿Entendido?
A Ashley se le llenaron los ojos de lágrimas. Quería destrozarlo, pero no podía arriesgarse, no cuando la vida de su hermano seguía en juego.
«Si no hablas, tu hermano será el siguiente», dijo Brendan en voz baja, su tono tranquilo sólo hacía que la amenaza fuera más aterradora.
Ashley se quebró. Las lágrimas corrían por su cara. «¡De verdad que no lo sé!» Entonces sonó una notificación.
El teléfono de Brendan se iluminó.
A Ashley se le paró el corazón.
Y entonces la vio: una foto que le heló la sangre.
Sus ojos se clavaron en la imagen: una anciana con un disparo en el corazón. Se quedó paralizada, con la mente en blanco.
Abuela…
«¡¿Qué le has hecho?!» Ashley gritó, agarrando su teléfono, arañando su cuello. «¿Qué le hiciste?»
Brendan no dijo nada. Se limitó a mirarla fijamente, con ojos desprovistos de calidez, su mirada lo bastante aguda como para helarla hasta los huesos.
Ashley temblaba. No sabía qué hacer.
Freya le había prometido que podía confiar en ella, pero ahora su abuela estaba muerta. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
Freya también había visto la foto.
Parecía real, pero no lo suficiente. Una herida de bala no se vería así. La escena estaba montada. Estaba segura de que la abuela y el hermano de Ashley estaban a salvo.
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