Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 604
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Capítulo 604:
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Freya se adentró en la habitación, con los pensamientos revueltos por las agudas observaciones de Ethel. Ellis la conocía bien. Si incluso Ethel se había dado cuenta, seguro que él también. Esperaba que no le diera demasiada importancia.
«¿Estáis peleados?», preguntó Ethel, que de repente se sintió incómoda, invadida por la culpa al darse cuenta de que podría haber empeorado las cosas. Si había tensión entre Freya y Ellis, sus comentarios anteriores podrían haber complicado aún más las cosas.
Se reprendió en silencio.
—No hay ningún conflicto. Nos llevamos bien y confiamos el uno en el otro —respondió Freya, llenando un vaso de agua para Sheila mientras captaba la expresión culpable de Ethel—. Es solo que…
—Hace tiempo que no nos vemos y no sé muy bien cómo comportarme con él ahora mismo.
—¿En serio?
—Sí
El alivio se apoderó del rostro de Ethel. Se inclinó hacia ella con un brillo de curiosidad en los ojos. —¿Hay alguna posibilidad de que…?
—¿Qué?
—Que estés enamorada de él. Ethel estaba claramente tanteando el terreno. —Cuando sientes algo por alguien en secreto, eso es exactamente lo que se nota: de repente, no sabes cómo actuar delante de esa persona.
Freya se quedó desconcertada. Le entregó el vaso, lanzando una mirada de reojo a Ethel.
Prefería elegir a Trent antes que a Ellis. A menos que quisiera que la regañaran, tenía que gustarle Ellis.
Ethel tomó el vaso con ambas manos, todavía llena de preguntas. ¿Freya no sentía nada por Ellis? Entonces, ¿por qué se comportaba de forma tan extraña?
—Voy a salir esta noche. ¿Te quedas a cenar o te vas? Freya pensó en la reunión de esa noche y sintió un nudo en el pecho.
—Me voy a casa.
Ethel solo estaba allí de visita.
Tras escuchar su respuesta, Freya llamó al chófer de la familia para que la recogiera más tarde.
Una vez solucionado eso, las hermanas pasaron el rato viendo la televisión juntas.
Freya estaba sentada frente a la pantalla, pero sus pensamientos estaban a kilómetros de distancia. Estaba considerando seriamente saltarse el evento de esa noche. Al fin y al cabo, solo era para dar la bienvenida a Ellis, y ya se habían cruzado. Su ausencia no cambiaría nada.
Podría quedar con sus amigos después.
Así que Freya tomó una decisión.
Pero los planes rara vez se cumplen.
Justo cuando Freya estaba pensando en excusas, Ellis llamó a la puerta, instándola a salir.
Estaba allí de pie, con un elegante abrigo negro de longitud media, irradiando un encanto natural.
Ethel no pudo evitar echarle unas cuantas miradas más.
—Acaban de llamar Trent y Fred —dijo Ellis con su voz tranquila y grave.
—Nos piden que nos vayamos ya.
Freya mantuvo la compostura. —Todavía me queda un poco…
—Freya —la interrumpió Ellis, que se dio cuenta de su mentira en un santiamén. Freya se sintió al instante al descubierto.
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