Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 602
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Capítulo 602:
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Freya no dijo nada. Aunque Jarrett se pusiera nervioso al conocer a la familia de su novia, ¿no debería ser solo con los padres? ¿Por qué estaba tan nervioso con ella, la hermana de Ethel?
Ethel no tenía ni idea de lo que pasaba por la cabeza de Freya, así que añadió su propia teoría: «Creo que conocer a papá ni siquiera le pondría tan nervioso como conocer a ti».
«¿Tan miedo doy?».
«No das miedo. Es solo que eres una mujer fuerte y capaz, desprendes ese aire, ¿sabes?».
Freya se quedó callada.
Ethel se sintió completamente tranquila. —Con tu apoyo, la aprobación de papá está prácticamente asegurada. Mi relación está básicamente a salvo.
—Papá ni siquiera lo conoce todavía.
—¡Papá te escucha! —dijo Ethel con convicción.
En ese momento, Freya finalmente lo entendió. Miró a su hermana con ojos llenos de afecto antes de llevarla de vuelta a su apartamento.
A la 1:30 de la tarde, Freya y Ethel llegaron al complejo de apartamentos.
Justo cuando salían del coche y se dirigían hacia el ascensor, vieron a un hombre alto y llamativo que salía de otro vehículo, vestido con un elegante abrigo negro y llevando dos maletas.
—¡Dios mío! —Ethel abrió mucho los ojos—. Freya, ¿hay chicos tan guapos en este edificio?
¡Estaba a la altura de Kristian!
Freya acababa de cerrar el coche y no lo había mirado con atención. —No te olvides de que tienes novio.
—Estoy buscando para ti, no para mí —dijo Ethel con descaro—. Mira a ese chico: alto, con buena postura y con ese carisma… ¡Es totalmente tu tipo!
Freya giró la cabeza, curiosa por saber quién había conseguido ganarse los elogios de Ethel.
A Freya le gustaba la gente guapa, y a Ethel también. Si alguien no era guapo, Ethel no solía hacer cumplidos así.
—¡Mina! —Ethel agarró a Freya del brazo y bajó la voz en un susurro dramático—. ¡Creo que está mirando hacia aquí! ¿Lo conoces? ¿Te está mirando?
¿Podría ser amor a primera vista? ¡Qué bonito!
Justo cuando lo dijo, Freya vio al hombre del que hablaba Ethel.
Su cuerpo se tensó ligeramente y lo único que pudo hacer fue maldecir mentalmente su mala suerte. ¿Por qué tenía que ser Ellis?
—El ascensor se está cerrando. ¿Vienes o no? Ellis, al ver a Freya paralizada, le recordó con naturalidad.
Freya estaba a punto de decir que esperaría al siguiente, pero Ethel la empujó hacia delante. «¡Vamos, date prisa!».
Freya no tenía otra opción, pero se aseguró de no parecer que lo estaba evitando. Si Ellis se daba cuenta, pensaría sin duda que estaba intentando huir.
«Gracias, señor», dijo Ethel con dulzura una vez dentro, con los ojos prácticamente brillando como estrellas.
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