Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón - Capítulo 595
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 595:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Los labios de Ellis esbozaron una leve sonrisa. «De acuerdo».
Al ver que todo estaba en su sitio, Freya se dio la vuelta para marcharse. Dio un paso hacia la puerta, justo cuando su teléfono vibró. Una notificación del banco iluminó la pantalla.
Acababa de recibir cien mil dólares.
Frunciendo el ceño, miró quién era el remitente: Ellis.
Se dio la vuelta y llamó a su puerta.
Él abrió casi al instante, ahora vestido solo con una camisa blanca, elegante y desenfadado. —¿Qué pasa?
—Esto. —Freya le mostró el teléfono.
Ellis le echó un vistazo y dijo con frialdad: —El alquiler.
—No hace falta —respondió ella.
—Cógelo.
—No me falta dinero ni apartamentos —dijo con tono sincero. Ellis tenía dinero, eso estaba claro. Pero eso no significaba que tuviera que tirarlo así.
Sonrió levemente.
Sin decir nada más, Freya abrió su aplicación bancaria y le devolvió el dinero. —No vuelvas a hacerlo. Es un desperdicio dejar el lugar vacío. Tú le das vida.
—¿Eso me convierte en un mantenido? —preguntó Ellis en tono ligero.
Freya se quedó paralizada.
—Solo tómalo —añadió él—. Si realmente no quieres, considéralo seis meses de alquiler.
El apartamento estaba en uno de los mejores barrios de Alerith, a pocos pasos de la empresa de Freya. Era un espacioso piso de cuatro dormitorios y dos baños con un balcón como ese que fácilmente costaba decenas de miles al mes.
—Soy tu compañera de equipo. Apoyarte es algo que puedo permitirme —dijo Freya con compostura—. No eres un hombre mantenido, es apoyo mutuo.
—¿Quieres hacer unos saltos? —propuso Ellis, aún con el mismo tono despreocupado.
Freya no respondió.
—¿O carreras con pesas?
—Me voy a la cama. —Y con eso, Freya se marchó, dejando el dinero intacto. Más tarde le subiría el sueldo y le daría más bonificaciones.
De vuelta en su habitación, se quedó mirando la transferencia de cien mil dólares, sumida en sus pensamientos.
Luego cogió el teléfono y llamó a Trent.
Cuando se conectó, fue directa al grano. —¿Sabes a qué se dedica la familia del capitán?
—La verdad es que no. Nunca le pregunté —respondió Trent con indiferencia—. ¿Por qué te interesa tanto de repente?
—No es nada… —murmuró Freya—. Ha vuelto.
—¿Lo has visto?
—Sí.
—Pareces distraída —señaló Trent.
«Estoy pensando en qué puesto asignarle», dijo ella, esperando que Trent le diera alguna idea. «Empieza el lunes en Anita International».
Trent arqueó una ceja y una expresión de sorpresa cruzó su rostro. ¿De verdad Ellis era tan atrevido cuando se trataba de conquistar a Freya?
.
.
.